Ya no ocupa las primeras filas de los desfiles de alta costura de París. Tampoco aparece junto a Charlene y Alberto de Mónaco en actos relevantes del Principado. Corinna zu Sayn Wittgenstein ya no usa desde este verano el tratamiento de princesa y Alteza Serenísima. Su ex suegro, el príncipe Alexandre Sayn Wittgenstein, se lo exigió públicamente, alegando que desde el divorcio en 2005 de su hijo Casimir (abajo, del brazo con ella), Corinna ya estaba desvinculada de la aristocrática saga de los Wittgenstein.
Claro que Corinna no se resigna a perder su estatus social así como así, y replicó enseguida por medio de sus abogados que las mujeres divorciadas de ciertos países europeos podían seguir llevando el apellido de su ex maridos. Así ocurrió con Camilla, duquesa de Cornualles, que durante años e incluso cuando ya era oficialmente la prometida del príncipe Carlos, seguía usando el apellido de su primer marido, Parker Bowles.
"La estrella de Corinna está en baja", asegura un personaje importante relacionado con el Gobierno español que tuvo mucho que ver con la salida (o expulsión) de España de la amiga del rey Juan Carlos cuando, después de la caza de elefantes en Bostwana, fue obligada a hacer su maleta y dejar Madrid, preferiblemente para no volver nunca más.
Otros aseguran que Corinna tampoco cuenta ya con un sitio preferente en la corte de Mónaco, aunque sigue manteniendo su piso en el Principado, un estatus de residente con todos sus beneficios fiscales. También conserva la propiedad de su magnífico piso de Londres, valorado en unos 7 millones de euros, a la altura de su gran fortuna personal.
"Pero su leyenda se viene abajo y ya no ejerce, ni seguramente ejerció nunca, esa influencia con el presidente ruso Vladimir Putin, de la que sin embargo tanto presumía. Ella misma es la que ha alimentado su fama de conseguidora internacional, siempre le ha echado mucha fantasía a sus supuestas hazañas financieras y hasta hace poco le ha funcionado", explica a Informalia la persona que tuvo que ver con la operación de sacarla de España. "En nuestro país está acabada", sentencia nuestro interlocutor.
Hace unos días, Corinna asistía en París al desfile de alta costura de la casa Dior. Aseguran en la maison francesa que Madame Larsen Adkins, su nombre de plebeya, estaba realmente invitada. De una princesa alemana, no tenían noticias.
Corinna y Gala Gonzalez, duelo de influencers en Dior #Paris pic.twitter.com/TiixrRDWKH
— Martín Bianchi Tasso (@martinbianchi) 22 de enero de 2018