El elegante estilo de la Reina y su gran gusto por la moda no suelen dejar indiferentes a nadie. Y en esta ocasión no ha sido para menos. Letizia ha tirado de baúl y ha vuelto a ponerse su falda Caprile de mantón de Manila que estrenó durante su viaje a Estados Unidos en 2004. Un sencillo look en tonos blancos y negros que ha sabido complementar a la perfección para la ocasión.
En la cena de gala en honor al presidente de Israel y su esposa, celebrada en el Palacio Real, la esposa de Felipe VI ha dejado a un lado los colores llamativos, como el tradicional rojo al que suele recurrir para este tipo de eventos, y en su lugar ha optado por un look más sobrio y comedido, en las mismas tonalidades de Nechama Rivlin, la esposa del Presidente de Israel.
En concreto, Doña Letizia lució un diseño compuesto por un cuerpo tipo corsé en color negro y con escote a pico, con detalles de cristal, y una falda de corte sirena del mismo tono y con flores bordadas en blanco, del diseñador Lorenzo Caprile. Una espectacular prenda que ya había usado hace 13 años, aunque combinada con una blusa cruzada en blanco nacarado, y que también quiso reutilizar en el año 2007, con motivo de la cena de gala de la vista de la Presidenta de Filipina y su marido.
En cuanto a las joyas que llevó para complementar este elegante outfit, la Reina recurrió a su favorita: la diadema floral de Mellerio. Es una de las siete diademas reales que ha heredado de la reina Sofía y la que más veces se ha puesto. Se trata de una tiara que Franco regaló a la reina emérita cuando se caso con el Rey Don Juan Carlos. Una de las particularidades que tiene esa joya es que es una corona multiusos, ya que puede convertirse en collar o en tres broches.
Junto a esto, lució también el broche de la Flor de Lis que se puso sobre la banda de la Orden de Carlos III, las pulseras gemelas de Cartier y unos pendientes largos con una perla en el extremo final.
