Este pasado viernes, la zona VIP de Starlite fue testigo de una amistad hasta ahora desconocida. Felipe de Marichalar, Froilán para el pueblo llano, compartió el concierto de Manuel Carrasco con Cayetanita Rivera, Tana, hija de Francisco Rivera y Eugenia Martínez de Irujo.
La hija mayor del diestro y la duquesa de Montoro es huésped en Marbella de su tío Fernando Martínez de Irujo en Las Cañas, la casa de la playa que la duquesa de Alba dejó en herencia a su cuarto hijo. Allí también han estado alojados su madre y Narcís Rebollo, novio de la hija de la duquesa. También ha estado Luis Martínez de Irujo, uno de los hijos de Cayetano.
Era el segundo concierto de Manu Carrasco para Froilán. El artista andaluz nacido en Santa Cristina, Huelva, había actuado también el lunes anterior y contó asimismo con la presencia del hijo de la infanta Elena.
Este viernes, Mar Torres-Fontes, la novia del joven Marichalar, no le acompañaba, aunque han pasado juntos prácticamente todo el verano recorriendo las costas de moda desde Mallorca a Ibiza, pasando por Marbella, donde han vivido discretamente en la exclusiva zona de Guadalmina.
Al parecer, Felipe y Tana Rivera Martínez de Irujo son amigos desde hace tiempo. Pero de este encuentro en Starlite no hay fotos de las que suelen captar los reporteros oficiales de los famosos conciertos en la Cantera de Nagüeles. En primer lugar, porque Cayetana es menor de edad hasta el próximo octubre, que cumple 18 años. Y en segundo término, porque Starlite tiene bajo su protección a Felipe de Marichalar al que exime de pasar por el photocall de invitados y ha prohibido también a los reporteros que trabajan para la organización que enfoquen con sus cámaras al nieto del rey don Juan Carlos.
La sorprendente amistad de Froilán y Cayetanita trae a la memoria otra relación entre miembros de las dos familias. Como el romance de juventud que vivieron la infanta Elena y Cayetano Martínez de Irujo, el hijo jinete de la duquesa de Alba, sólo conocido por el entorno hípico del duque de Salvatierra.
Contaban entonces los compañeros que compartían afición y concursos con Cayetano que la Infanta estaba colada por el apuesto conde de Salvatierra. Una relación que si hubiera salido adelante habría unido a la realeza con la más noble casa de la aristocracia. No obstante, Cayetano podría haber tenido miedo de un romance de gran responsabilidad con el que no podía volverse atrás como con otra novia cualquiera.
En todo caso, los Borbón y los Alba han vuelto a encontrarse, aunque sea solo en la amistad, y aplaudiendo las románticas canciones de Manu Carrasco.