La reina y su esposo han recuperado su agenda internacional este lunes tras meses de incertidumbre política y se han estrenado con un viaje oficial a Portugal, donde el pasado mes de mayo calificaron a Letizia como "frívola, egoísta y distante".
Vestida de rosa y con una sonrisa de lo más dulce. Así ha aterrizado Letizia en Oporto este lunes. Los reyes han reanudado su agenda internacional con un viaje a Portugal, un país donde la reina no es muy querida. Al menos para la prensa. El pasado mes de mayo, la revista Flash publicó un reportaje titulado "Letizia humilla a Felipe en público", en el que aseguraba que la soberana era "frívola, demasiado perfeccionista, egoísta, distante y obsesionada con su imagen".
Durante los próximos tres días, Letizia tiene como propósito cambiar la durísima opinión que los portugueses tienen sobre ella y ha comenzado su 'misión' este lunes con un look de lo más angelical: un conjunto de Felipe Varela que estrenó en la boda del gran duque heredero Guillermo de Luxemburgo con Sthèphanie de Lannoy en 2012. Se trata de un abrigo de guipur con flores 3D bordado con perlas barrocas y cristal en tono nude y un vestido en crepé de seda color ciruela. Completó su look con la misma cartera de mano de Felipe Varela que ya llevó en Luxemburgo y unos salones animal print de Magrit.
Además, Letizia no ha dejado de sonreír durante toda la jornada. Se ha mostrado amable durante su encuentro con el presidente Marcelo Rebelo de Sousa y muy cariñosa con un grupo de niños que esperaban en la calle para verla, a los que se ha acercado a saludar. Además, Letizia y Felipe han visitado una exhibición de Joan Miró.
