Cambio radical. Eso debió pensar la Reina antes de hacer las maletas para los días que va a pasar en Oviedo. Si este jueves acudió al clásico concierto en el Auditorio de la capital del Principado con un vestido muy sugerente de Felipe Varela, este viernes ha mantenido audiencia con todos los galardonados de los premios Princesa de Asturias con un modelo de corte mucho más clásico que estrenó hace ya un mes.
Se trata de un vestido blanco con original estampado floral de Carolina Herrera que Letizia lució durante su viaje a Nueva York en el mes de septiembre, concretamente en la reunión con Margaret Chan, directora general de la OMS, y Phumzile Mlambo-Ngcuka, directora ejecutiva de ONU mujeres. El vestido, realizado en crepé, de manga larga y un pequeño escote lágrima con estampado de jazmines en colores rojizos, fue personalizado para la esposa de Felipe VI, ya que el original era más largo, más fluido y escotado. El precio ronda los 5000 euros.
Como complementos ha vuelto a escoger los mismos salones de ante rojo de Magrite que lució en Nueva York, aunque no se ha dejado ver con el bolso, que en septiembre era de piel de cocodrilo firmado por Loewe. Los pendientes también han sido los mismos: unos Coolook de tres madreperla con cuarzo con un ágata hidrotermal de color frambuesa.
