Ir al estreno de una película de James Bond y al salir de la sala decir que has visto al Servicio Secreto de su Majestad puede llamar a engaño. Sin embargo, este viernes Informalia vivió esa situación. Asistió al pase de las 21.30 de Spectre, la última entrega de la saga de 007, y se dio de bruces contra un numeroso grupo de agentes de paisano, hombres y mujeres, miembros del servicio de seguridad del Rey y la Reina. Pero no la británica: nos referimos a Letizia y Felipe.
El monarca y su esposa decidieron como buenos cinéfilos que tocaba película y escogieron una de acción. La segunda planta de los madrileños cines Manoteras, la que ofrece las películas en versión original, era su destino. La sala 20 estaba abarrotada: Daniel Craig y la francesa Léa Deydoux (La vida de Adèle) iban a salvar al mundo y de paso a vivir un apasionado romance que nadie, ni siquiera los reyes, quería perderse.
Llegaron muy tarde, casi a las diez, cuando las luces estaban apagadas y, por el excesivo número de tráilers y anuncios, casi podría decirse que los encargos del cine les esperaron añadiendo unos minutos al tiempo habitual. La verdad es que el pase comenzó casi a las diez.
Dos horas y media después, los buenos ganaron y las luces se encendieron. En las butacas centrales de la fila 7 estaban el jefe del Estado y su mujer.
Rodeados de sus escoltas, bajaron las escaleras de la sala y salieron para dirigirse al ascensor. Informalia disparó la cámara del móvil para captar al Rey ya por el pasillo, de espaldas, y luego tratamos de pasar por delante de la pareja real para tirar más fotos. Fue entonces cuando un agente de paisano nos indicó educadamente y con dos palabras que no lo hiciéramos: "Fotos no".
Iban de sport: Felipe con un chaleco anorak (sin mangas), jersey claro con coderas marrones y pantalón oscuro. Letizia llevaba su media melena suelta, una chaqueta larga de lana, en cuadritos blancos y oscuros, casi un tres cuartos, vaqueros y tacones.
En el ascensor, hasta donde seguimos a Sus Majestades, se metió primero un agente; detrás de él fueron doña Letizia y don Felipe, y luego varios seguratas más. Nos dejaron fuera con amabilidad y junto a nosotros se quedó una agente de seguridad. Y el ascensor se fue.
Pero para sorpresa de Informalia, en el ascensor que regresó a los pocos segundos seguían los Reyes. Les había ocurrido que habían bajado y vuelto a subir. Entonces la agente de fuera, la que había permanecido en la planta, nos dio permiso para entrar y compartir ascensor con el monarca, la Reina y varios guardaespaldas.
Encerrados en el ascensor junto a Letizia y Felipe, el reportero de Informalia no pudo resistir la tentación de preguntar: "Les ha gustado la película?". El Rey apenas empezaba a mover su cabeza desde lo alto de sus 2 metros para asentir sin entusiasmo cuando Letizia, como buena periodista, contestó con otra pregunta al redactor de Informalia, situado a unos centímetros: "¿Y a ti te ha gustado?", preguntó la Reina. "Es que sabía cómo iba a acabar: el bueno se va con la chica", le contestamos.
La respuesta arrancó una sonrisa a Letizia, que continuó la conversación corrigiendo la broma con un dato: "No siempre es así: en Quantum of Solace la chica muere", recordó la Reina probablemente refiriéndose al personaje de Vesper Lynd, amante de James Bond (en Casino Royale interpretado por Eva Green, y antes por Ursula Andress) que muere y que 007 debe vengar ciertamente en Quantum of Solace con la ayuda de Olga Kurylenko.
Estábamos a punto a de preguntarles a los Reyes por el problema catalán, si iban a tener más hijos, quién les gustaría que ganara las elecciones y cuál era su porra para el próximo clásico Real Madrid - Barcelona cuando el ascensor llegó al garaje, las puertas se abrieron y...