La reina de Holanda ha regresado a la vida pública tras pasar tres días en el hospital. Junto a la princesa Mary de Dinamarca, su invitada en la Conferencia Internacional de Mujeres de Acogida en La Haya, se ha mostrado muy agradecida: "Muchas gracias por todos los buenos deseos. Son realmente reconfortantes", aseguró.
Recuperada y sonriente, Máxima reapareció este miércoles en La Haya para asistir a la Conferencia Internacional de Mujeres de Acogida, una causa en la que está muy implicada. La reina, que ha pasado tres días ingresada en el hospital de Bronovo por culpa de sus riñones, se mostró optimista: "Estoy mucho mejor. Todavía me estoy reponiendo, pero estoy mucho mejor", declaró.
La esposa del rey Guillermo fue diagnosticada de una infección renal durante su viaje oficial a China y se vio obligada a regresar a casa e ingresar en una clínica para tratar sus síntomas: fiebre, mareos y náuseas. Tres días bajo vigilancia médica le han bastado pata regresar a su hogar, donde ha guardado reposo hasta hoy.
Aunque aún no está completamente recuperada y las recomendaciones médicas insistían en que no retomase su agenda por el momento, Máxima ha querido ejercer de anfitriona de la princesa Mary de Dinamarca, que también ha asistido a la conferencia: "Los Países Bajos están orgullosos de poder recibirla", afirmó la reina, vestida de gris y naranja, el color que representa a Holanda. La esposa de Federico, fiel a su estilo discreto, lucía un sencillo modelo negro con abrigo rosa empolvado.
Eso sí, no ha querido hacer declaraciones acerca de los rumores que aseguraban que su dolencia podía deberse a la estricta dieta a la que se ha sometido en los últimos meses. La reina ha adelgazado 10 kilos gracias a una alimentación hiperproteica, que según los expertos, genera grandes cantidades de ácido úrico que el riñón no puede filtrar y provocan su colapso.