La muerte del infante ha vuelto a juntar a don Juan Carlos y doña Sofía, que no coincidían en público desde la comunión de su nieta Leonor, en mayo. Acudieron acompañados por la infanta Elena.
Eran las 16 horas cuando los reyes eméritos hacían su entrada en el Monasterio de El Escorial, donde amigos y familiares velan los restos mortales del infante Carlos de Borbón-Dos Sicilias. Don Juan Carlos y doña Sofía llegaron acompañados por su hija, la infanta Elena, y fueron recibidos por el hijo del fallecido y heredero del ducado de Calabria, Pedro de Borbón, al que han dado sus condolencias muy cariñosamente.
Los reyes, que no se dejaban ver juntos desde el pasado mes de mayo, cuando acudieron a la comunión de la princesa Leonor, estuvieron en el velatorio durante una hora aproximadamente. Allí acompañaron a la viuda, Ana de Orleans, y a los cinco hijos del infante, Cristina, María, Pedro, Inés y Victoria. A la salida, el heredero de Carlos de Borbón ayudó a don Juan Carlos a bajar las escaleras y se pudo ver cómo Sofía intercambiaba algunas palabras con su marido.
Aunque ellos no fueron los únicos que quisieron despedir al infante. También estuvieron Luis Alfonso de Borbón, hijo de Carmen Martínez Bordiú, los empresarios Juan Abelló y Pepe Barroso, íntimos amigos del infante, o los reyes de Bulgaria, Simeón y Margarita.
El Monasterio de El Escorial ha sido el lugar elegido para darle el último adiós a Carlos de Borbón por "expreso deseo del Rey", tal y como confirmó ayer su hijo Pedro, y descansarán en el Panteón de los Infantes, junto a los del infante Alfonso de Borbón, hermano mayor del rey Juan Carlos. Será enterrado este jueves en la más estricta intimidad aunque con todos los honores que le corresponden.
El infante Carlos de Borbón-Dos Sicilias falleció este lunes a las 17:50 horas en su casa de la finca La Toledana, donde residía. El primo de don Juan Carlos padecía una enfermedad neurológica y su salud en los últimos años había empeorado a causa de un ictus que sufrió en 2012.