El encuentro entre las esposas de Felipe VI y de Barack Obama tuvo alugar este martes y ambas parecieron muy compenetradas. Mientras los hombres arreglaban el mundo, se ocupaban de las crisis de los refugiados o de la unidad de España, ella tomaron el té y dieron un paseo por el huerto ecológico de la Casa Blanca.
Muy sonrientes, doña Letizia y don Felipe llegaron a la residencia de los Obama a mediodía, donde sus anfitriones les esperaban con los brazos abiertos. No era la primera vez que se encontraban (ya estuvieron juntos el año pasado en Nueva York), pero sí era la primera vez que el presidente americano abría la Casa Blanca para los reyes. El saludo entre los mandatarios fue de lo más cariñoso, especialmente entre Letizia y Michelle, que cruzaron dos besos.
Las mujeres mostraron una especial sintonía durante su encuentro, en el que aprovecharon para visitar juntas el huerto ecológico que mandó elaborar Michelle en los jardines de la Casa Blanca. Subida en sus impresionantes tacones de Prada, doña Letizia paseó entre lechugas, tomates y pepinos mientras la primera dama le explicaba, orgullosa, su iniciativa y ella, como buena Embajadora de la FAO para la nutrición, escuchaba muy atenta.
Poco antes, la reina y Michelle habían disfrutado de un té en el que pudieron, porqué no, cotillear sobre los últimos acontecimientos: que si Victoria de Suecia vuelve a estar embarazada, que si Carla Bruni ayuda a su marido a volver al Elíseo, que menuda está liando Donald Trump... Una agradable velada en la que se echó en falta, sin embargo, la supuesta fiesta sorpresa que le habían organizado a Letizia por su cumpleaños. ¿O será que los fotógrafos no estaban invitados?
