La esposa del rey Abdalá II es una de las mujeres más bellas y elegantes del mundo y está claro que su hija le sigue los pasos. La princesa Imán acompañó a su madre en un acto oficial para promocionar el turismo en Amán y sorprendió por su estilo y su inmensa belleza.
La Familia Real jordana ha pasado unas tranquilas vacaciones en familia pero ya comienzan a retomar sus compromisos oficiales. La primera en volver al trabajo ha sido reina Rania, que visitó la ciudad de Amán para promover el turismo, aunque la verdadera protagonista de la jornada fue Imán, su hija mayor. La joven, que apura sus últimos días de descanso antes de retomar sus estudios en la Universidad de Georgetown, demostró que es una digna heredera de su madre. A sus 18 años y con cabello mucho más rubio que en otras ocasiones, lució una sonrisa radiante y se mostró muy amable y cercana durante toda la jornada.
La complicidad y el cariño entre madre e hija también se hicieron notar, aunque lo cierto es que la reina Rania guarda una excelente relación con todos sus hijos, el príncipe Hussein (20), Salma (15) y Hashem (10), de los que cuelga tiernas fotografías en su perfil personal de Instagram. Tanto Imán como Salma, las dos 'mujercitas' de la casa, han encontrado en su madre una gran amiga y un gran ejemplo a seguir.