La imagen sorprende a muchos: Iñaki Urdangarin, relajado en la playa de Bidart, con un libro en las manos y la mirada absorta en sus páginas. Entre sus títulos vemos Homo Solver, un libro que lleva por subtítulo: "Los 15 problemas que deberás resolver para que tu vida valga la pena", editado por Kitaeru Libros, y firmado por Álex Rovira y Francesc Miralles. Dice la reseña del libro que lee Urdangarin: "Cuando nos enfrentamos a un desafío que a veces parece irresoluble y hallamos una solución, estamos desplegando nuestra inteligencia".
Y hay más: "Dada la actual complejidad del mundo, necesitamos trascender el Homo Sapiens, el ser humano que sabe, y elevarlo a Homo Solver, el que soluciona. Porque no basta con conocer las dificultades del mundo y las de nuestra propia vida. Lo que marcará la diferencia es cómo las resolvamos".
Los autores dicen que su obra es una "guía práctica que ayudará a los lectores a resolver los 15 desafíos que todos vamos a tener que afrontar en algún momento de nuestra vida". Hablan de autoestima, del manejo de la multitarea, el fracaso, la elección del propósito de vida, la pérdida de seres queridos o el miedo al cambio hasta cómo gestionar el amor, la manera de encontrar el equilibrio entre vida profesional y vida personal, cómo mantener la serenidad en un mundo en constante cambio o el equilibrio entre ser más amable con el mundo sin dejar de serlo con uno mismo.
Este libro (y alguno más) lo lee Urdangarin en Bidart, en la playa, de vacaciones. Bidart fue durante años el refugio estival de la familia Urdangarin-Borbón, una postal de veranos felices con la infanta Cristina y sus cuatro hijos. Tras la condena por el caso Nóos y la posterior separación, la historia idílica se quebró. Sin embargo, el lugar continúa siendo punto de encuentro, aunque ahora las visitas se organizan con precisión quirúrgica: turnos para que cada progenitor pueda disfrutar de la compañía de sus hijos, en especial de Juan, el primogénito que reside en Londres. Este verano, mientras Cristina paseaba junto a su hijo por la localidad vascofrancesa, Iñaki lo hacía a su manera: deporte, baños en el mar y largos ratos de lectura. Una estampa muy distinta a la del deportista olímpico de antaño, que refleja una nueva faceta de introspección y búsqueda personal.

Hay más libros, como una obra monumental del Nobel de Física Kip Thorne, uno de los padres de la detección de ondas gravitacionales. No se trata de un manual sencillo, sino de una narración que combina historia de la ciencia, divulgación y teoría avanzada sobre la relatividad y el universo. Thorne describe con pasión cómo los agujeros negros dejaron de ser meras hipótesis matemáticas para convertirse en objetos reales que transforman nuestra comprensión del cosmos. Que Urdangarin elija esta lectura sugiere un interés por temas que trascienden la vida cotidiana. El libro plantea preguntas sobre el tiempo, el destino y los límites del conocimiento humano. En cierto modo, cuestiones que dialogan con alguien que ha atravesado años de crisis y que busca ahora situar su existencia en una perspectiva más amplia, casi cósmica.
Homo Solver: una brújula para la vida diaria
El segundo título, Homo Solver, conecta con las inquietudes de crecimiento personal. La obra explora la capacidad humana para resolver problemas y enfrentar miedos, proponiendo herramientas psicológicas para afrontar los retos de la vida moderna. Urdangarin fue visto subrayando varios pasajes, en particular un capítulo titulado "¿Por qué nos cuesta tanto afrontar los miedos?". La escena es reveladora: el ex deportista, que ha lidiado con el escrutinio público, la pérdida de estatus y la cárcel, parece encontrar en estas páginas un espejo de su propia experiencia. Homo Solver ofrece técnicas de autoayuda y reflexiones sobre resiliencia, la gestión del fracaso y la construcción de una nueva identidad tras la adversidad. ¿Qué miedos arrastra Urdangarin? La pregunta no es trivial. Durante la última década ha transitado un camino accidentado: de la vida privilegiada en palacio a la celda de una prisión, de la estabilidad matrimonial a la separación pública, del silencio obligado a la exposición mediática constante. En ese contexto, sus lecturas parecen cumplir una doble función: encontrar sentido a lo vivido y proyectar una nueva narrativa personal. Tal vez gracias a esta ayuda decida contar la verdad de la Casa Real y Juan Carlos I o si tiene dinero guardado y en dónde.





Su relación con Ainhoa Armentia se ha consolidado, aunque no estaba en Bidart
Su relación con Ainhoa Armentia se ha consolidado, y con la infanta Cristina mantiene una entente cordial que permite compartir espacios familiares sin colisiones. De hecho, este verano ambos han coincidido en Bidart, aunque organizándose en turnos para no cruzarse en la casa familiar que quedó en manos de Cristina tras el reparto de bienes. La buena sintonía se extiende incluso a los vínculos con la familia de Urdangarin: Cristina mantiene intacta su relación con una de sus ex cuñadas, y no sabemos si con su suegra, Claire Liebaert, abuela de sus hijos, a quien visitaba en la misma localidad. Este entramado de relaciones familiares matizadas, pero funcionales, permite a los hijos conservar un espacio común de referencia.