El tejado hundido, ventanas desvencijadas, cristales rotos, jardín descuidado y una malla metálica que bordea la piscina. Es el triste paisaje de abandono que presenta la antigua casa de los Spencer donde se crio Diana de Gales, Park House, en la finca royal de Sandringham en el condado de Norfolk (Inglaterra). Los vecinos han mostrado sus quejas y han lanzado sus críticas a Carlos III a quien afean no tener más consideración con este lugar que fue la cuna de su primera esposa.
"¡Una falta de respeto!"; "Es muy triste", han deslizado algunos vecinos sobre el estado de desatención y olvido en el que se encuentra la vieja y bucólica Park House, según recoge Vanity Fair citando a The Mirror. La vivienda, a tan solo medio kilómetro de la residencia de Sandringham del monarca, simboliza el pasado olvidado, el adiós a unos recuerdos de la infancia, aquellos que compartieron de niños Carlos y Diana muchos años antes de que se unieran en matrimonio. Se cuestiona el vecindario si este es un abandono por dejación e inacción o se trata de un abandono deliberado.
La larga historia de Park House, hogar familiar de los Spencer, se remonta al conde Spencer y vizconde Althorp. John, el padre de Diana, alquiló esta idílica propiedad a la familia real. El 1 de julio de 1961 nació en esa casa Lady Di. Allí se crio y en sus jardines una jovencísima Diana jugó con sus hermanos y con los hijos de la reina Isabel II, entre ellos, Carlos de Inglaterra. Un paisaje rural y aristocrático con una casa de estilo de victoriano construida en el siglo XIX que los Spencer dejaron atrás en 1975.
En la actualidad Park House, gestionada por la institución benéfica Leonard Cheshire Disability, ha sido adaptada como un hotel accesible para personas con discapacidad física, conservando muchas de sus características originales y su historia. Por encima de todo, la casa simboliza los años de infancia de Diana, la princesa que años después se convertiría en una de las figuras más influyentes del siglo XX.