Desgrana Pilar Eyre el reencuentro de Letizia y Leonor en Panamá, el largo abrazo de madre e hija, esas miradas que se cruzaron. Una esperada reunión que se produjo el sábado 3 de mayo cuando el Juan Sebastián de Elcano arribó a puerto, en la Ciudad de Panamá.
Hubo confidencias en privado, "seguro que hubo lágrimas y risas", desliza la escritora en Lecturas. Se pusieron a hablar, como capturó el vídeo que difundió la Casa del Rey y "estaba claro que se sabían fotografiadas y eso hacía que perdieran esa naturalidad espontánea del primer momento", añade. "Juntas y entrelazadas, no se sabía quién de las dos era la madre y cuál era la hija". Al verlas una junto a la otra, "llama la atención que Leonor está asombrosamente menos bronceada que su madre", deja caer la periodista.
Como los familiares de los guardiamarinas futuros oficiales de la Armada que se forman en el 97º Crucero de Instrucción, Letizia se sentía muy orgullosa, "aunque intentaba disimularlo con sonrisas y muchos gestos de manos", escribe Eyre.
Ya por la noche, en la recepción que se ofreció en Elcano, "Letizia brilló resplandeciente en un desenfadado mono rojo (...) Sonriente, departió con oficiales y con las otras madres y cadetes. "¡Qué ojos más grandes tiene la reina!"; "qué simpática es"; "me ha dicho que la llame Letizia". Eran algunos de los comentarios que se escucharon.
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