El Papa Francisco, de 88 años, ha muerto este lunes 21 de abril. Su última audiencia privada fue con el vicepresidente estadounidense, J.D. Vance. El encuentro tuvo lugar el Domingo de Resurrección, un día antes de su fallecimiento, en su residencia de Santa Marta, donde continuaba con su recuperación después de 38 años.
La audiencia, de carácter privado, se produjo a las 11.30 horas, justo antes de que el Pontífice oficiara la bendición Urbi et orbi, en la basílica de San Pedro. Vance recibió unos huevos de Pascua de regalo.
Aún convaleciente de su infección respiratoria, después de 38 días hospitalizado, el Santo Padre apareció en el balcón de la logia central de la basílica tras la misa del Domingo de Resurrección. Tras el Urbi et Orbi, saludó desde el papamóvil a los 50.000 fieles congregados en la plaza de San Pedro.
Francisco reapareció por sorpresa también en San Pedro antes de la celebración de Vigilia del Sábado Santo. En su visita, se detuvo a saludar a algunos grupos de peregrinos estadounidenses que estaban en esos momentos en el templo. En la tarde del Jueves Santo se trasladó a la cárcel romana de Regina Coeli, cerca del Vaticano, donde se reunió con los reclusos cómo había hecho desde el inicio del pontificado. A su salida de la prisión, desde la ventanilla del coche, Francisco deslizó con un hilo de voz: "La vivo como puedo", en respuesta a los medios sobre cómo vivía esta Semana Santa.
J.D. Vance llegó a Roma con su esposa, Usha Vance, y sus hijos a bordo del Air Force Two. Aterrizaron en el aeropuerto de Ciampino, Roma el pasado 18 de abril. El vicepresidente viajó a Italia para reunirse con la primera ministra, Giorgia Meloni, apenas un día después de que la mandataria conversara en la Casa Blanca con el presidente estadounidense, Donald Trump.
