La princesa se ha convertido en la protagonista de la cena de gala ofrecida en honor a la presidenta de Islandia este martes en el Palacio Real de Oslo. Era su primera vez en un acto de tal envergadura y su puesta en escena ha sido un homenaje a su madre, Mette-Marit de Noruega, de la que ha tomado prestado su vestido, un diseño azul celeste con gran valor sentimental para la esposa de Haakon, pues lo estrenó en la boda de Victoria de Suecia y Daniel Westling en 2010.
El diseño, realizado en crepe azul bebé, pertenece a la firma danesa Ole Yde y tiene manga corta con detalles semitransparentes, escote cuadrado, cuerpo con bandas y una gran falda de vuelo repleta de volantes. Ingrid Alexandra lo ha lucido con la tiara Boucheron, una pieza que recibió como regalo por su 18 cumpleaños. Perteneció a la princesa Ragnhild, hermana del actual rey Harald, y tras su muerte pasó a sus hijos. Sin embargo, el monarca llegó a un acuerdo con sus sobrinos para entregársela a su nieta y futura reina.

La princesa también lucía un collar de diamantes de estilo Rivière, unos pendientes largos y la banda de la Orden del Halcón, que le ha concedido la presidenta de Islandia esta misma tarde.
Mette-Marit, por su parte, ha optado por un diseño rosa empolvado realizado a medida por Peter Dundas, confeccionado en tejido satinado con cuello redondo, cinturilla marcada y falda recta que centraba el protagonismo en las mangas, abullonadas con troquelado floral joya que ha combinado con la tiara Daisy, de diamantes y amatistas, su favorita.

La velada se ha desarrollado en el comedor principal del Palacio Real de Oslo, residencia oficial del monarca y su esposa, construida en el siglo XIX y que algunas temporadas está abierta al público. Los 196 invitados han escuchado atentamente el discurso del rey Harald, que ha tenido unas emotivas palabras para su nieta: "En 2004, cuando esta joven dama, la princesa Ingrid, tenía solo cinco meses, acompañó a sus padres en su primera visita oficial al extranjero: a Islandia. Debido a todos los buenos recuerdos que tiene de esa visita, fue completamente natural que esta fuera la primera visita de Estado en la que participara. Los fuertes lazos entre nuestros dos países están así asegurados para el futuro", ha dicho.

Este acto es el primer gran compromiso institucional de Ingrid de Noruega tras finalizar su formación militar. Después de 15 meses, ha completado su formación profesional como soldado ingeniero en la Brigada Nord del Ejército de Noruega, donde era la recluta Alexandra. Se graduó el 1 de abril en el patio central del batallón de Ingenieros en un acto solemne en el que estuvo presente el príncipe Haakon, muy orgulloso de su hija. "He aprendido muchísimo desde que me uní. Es agotador tanto física como mentalmente, pero aprendes que juntos podemos lograr la mayoría de las cosas", dijo la princesa en septiembre.