La Navidad siempre ha sido un espectáculo que combina tradición, compromisos y emociones familiares. En el caso de los Borbones, esta festividad se convierte en un curioso equilibrio entre la pompa institucional y la intimidad doméstica, entre la tradición de una monarquía centenaria y la modernidad de una familia marcada por la impronta de la reina Letizia. En estas fechas, salvo las vacaciones privadas que nos ocultan, cada decisión, cada gesto y cada palabra es escrutado, amplificado y analizado por una sociedad que observa con fascinación y, a veces, con escepticismo.
Capítulo 1: La familia real frente al espejo de la Navidad
Las luces navideñas ya brillan en los escaparates y en las calles de España, pero en Zarzuela las decisiones no se toman con la espontaneidad del común de los mortales. La familia Borbón Ortiz debe planificar estas fechas con una precisión milimétrica, entre actos oficiales, encuentros familiares y las expectativas de la opinión pública. Para ellos, la línea entre lo privado y lo público es tan delgada que a menudo se difumina.
El anterior reinado era más relajado en este sentido. Juan Carlos desaparecía durante semanas sin que nadie preguntara. Hoy, con Felipe VI y Letizia, todo se analiza: si pasean por un mercado navideño, si asisten a un Belén viviente o si simplemente no aparecen en público.
Capítulo 2: Un año relevante para los Borbón Ortiz
El 2024 ha sido un año especialmente significativo para la familia real. Felipe VI celebró el décimo aniversario de su proclamación como rey, un hito que ha consolidado su papel como símbolo de estabilidad en un país a menudo dividido. Además, los Reyes cumplieron 20 años de matrimonio, un aniversario que recordó aquella boda en la Catedral de la Almudena que marcó un antes y un después en la monarquía española.
En el ámbito familiar, las protagonistas han sido sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, quienes viven ya sus propias vidas lejos del Palacio de la Zarzuela. Leonor, en la Escuela Naval de Marín, y Sofía, en el UWC Atlantic College de Gales, regresan a casa por Navidad como dos piezas clave de un puzzle familiar que busca encajar en medio de compromisos y expectativas.

Capítulo 3: Las hijas que vuelven al hogar
La primera en regresar fue Sofía, quien llegó el pasado 12 de diciembre tras finalizar sus exámenes en Gales. Su vuelta estuvo marcada por un compromiso muy especial: la presidencia de los premios de fotografía Objetivo Patrimonio, su primer acto en solitario. Leonor, en cambio, no regresará hasta el 22 de diciembre, día en que finalizará sus clases en Marín y podrá reencontrarse con su familia. Las Navidades son siempre un momento muy esperado para los Borbón Ortiz. Aunque se ven a menudo durante el año, estos días juntos tienen un significado especial, sobre todo ahora que las niñas están fuera.
Capítulo 4: El reparto de las fiestas
Si hay algo que caracteriza a los Borbones actuales es su particular forma de organizar las fiestas. A diferencia de épocas anteriores, cuando las celebraciones eran multitudinarias y ruidosas, hoy la Navidad se vive de forma más íntima. La reina Letizia ha impuesto su propio estilo y esto incluye pasar la mayor parte de las fiestas con su madre, Paloma Rocasolano, y otros miembros de su familia materna.
El contraste con las Navidades de Juan Carlos y Sofía es notable. Durante el reinado del emérito, las reuniones incluían a decenas de familiares, con cenas multitudinarias donde se hablaba en inglés y el menú seguía una estricta tradición. Para Letizia, en cambio, la Navidad se ha convertido en un espacio de sencillez y tranquilidad, lejos de los fastos de antaño.
Capítulo 5: La Nochebuena en Zarzuela
La cena de Nochebuena tiene lugar en el Pabellón del Príncipe, la residencia de los Reyes. En la mesa se sientan Felipe, Letizia, Leonor, Sofía y Paloma Rocasolano. Antes de que comience el discurso navideño del Rey, los Borbón Ortiz pasan a desearle felices fiestas a la reina Sofía e Irene de Grecia, quienes cenan con las infantas Elena y Cristina y sus hijos. En Nochevieja, como adelantó Informalia, las infantas estarán con don Juan Carlos y es previsible que estén hasta su cumpleaños, el día 5 de enero.
En la mesa de los Reyes, el menú ha cambiado. Aunque Letizia es conocida por su estricta dieta saludable, esa noche se permite incluir algunos 'caprichos' como el pavo relleno de verduras, foie y dulces navideños. Todo debe estar listo antes de las siete de la tarde para que el personal de la Casa Real pueda retirarse a disfrutar de la cena con sus familias. Esa noche, la familia real se sirve sola.
Capítulo 6: El discurso del Rey
El discurso de Navidad de Felipe VI es uno de los momentos más emblemáticos de las fiestas. Este año, se espera que el monarca aborde temas clave como las consecuencias de la DANA que asoló Valencia y reflexione sobre los logros familiares, como la formación militar de Leonor y los avances educativos de Sofía. El discurso se graba con antelación y Letizia es siempre la más crítica detrás de las cámaras. El mensaje, breve pero cargado de significado, marca el inicio oficial de las celebraciones navideñas tanto para la familia como para millones de españoles.

Capítulo 7: La Nochevieja y el nuevo año
La última noche del año suele ser más privada para los Borbón Ortiz. En el pasado, la familia solía viajar a estaciones de esquí en el extranjero, pero ahora, con Leonor y Sofía en Madrid, la dinámica ha cambiado. Las jóvenes aprovechan para salir con sus amigos, mientras Felipe y Letizia prefieren una cena tranquila en casa.
El año nuevo comienza con la Pascua Militar, un acto solemne que interrumpe la mañana de Reyes. Esta tradición, que marcó la infancia de Leonor y Sofía, es vista ahora con más naturalidad por la familia, que compensa el tiempo perdido celebrando la tarde en casa de Jesús Ortiz, padre de Letizia.
Epílogo: La Navidad como reflejo de la familia real
En la intimidad de Zarzuela, entre cenas familiares y discursos institucionales, los Borbón Ortiz navegan la Navidad como cualquier familia, pero con el peso añadido de la mirada pública. Si algo queda claro es que, bajo el brillo de las luces y el eco de los villancicos, la familia real es tan compleja y peculiar como cualquier otra, con sus propios rituales, tensiones y alegrías.

En su aparente normalidad, esta Navidad revela algo esencial sobre la monarquía española: su capacidad de adaptarse y reinventarse, siempre fiel a la tradición, pero también abierta a los nuevos tiempos. Un reflejo perfecto de lo que significa ser Borbón Ortiz en el siglo XXI.
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