El príncipe Andrés es de nuevo foco de un escándalo que sacude a la monarquía británica, esta vez relacionado con una presunta operación de espionaje chino. El epicentro de la polémica es un empresario identificado como H6, descrito por los jueces que llevan el caso como un "confidente cercano" del duque de York. La relación entre ambos ha despertado graves preocupaciones sobre la vulnerabilidad del hermano del Rey Carlos frente a posibles manipulaciones externas, lo que plantea dudas sobre su juicio y la seguridad nacional del Reino Unido.

H6: el empresario que llegó a lo más alto del círculo del príncipe
H6, un hombre de 50 años cuyo nombre real aún no se ha revelado públicamente debido a órdenes judiciales, ha sido considerado durante años una figura clave en las relaciones del príncipe Andrés con potenciales inversores en China. Según documentos descubiertos por el Servicio de Inteligencia Británico (MI5), H6 no solo tenía acceso directo al príncipe, sino que contaba con autorización formal para actuar en su nombre en iniciativas financieras internacionales, incluida la creación del llamado Fondo Eurasia.
El vínculo entre el duque y H6 no era meramente profesional. El empresario fue invitado al cumpleaños del príncipe en 2020, un gesto que simboliza la confianza que Andrés depositó en él. Además, una carta fechada en marzo de 2021, firmada por Dominic Hampshire, asesor principal del príncipe, confirma la cercanía de H6 al círculo íntimo del duque, describiéndolo como alguien que "se encuentra en la cima del árbol", una posición privilegiada que muchos desearían ocupar.
El descubrimiento de MI5 y la amenaza a la seguridad nacional
El caso comenzó a desmoronarse en 2021, cuando H6 fue detenido en la frontera del Reino Unido bajo las leyes antiterroristas. Las autoridades incautaron su teléfono móvil, cuyo contenido desveló una red de comunicaciones alarmante. MI5 concluyó que H6 operaba como un agente encubierto al servicio del Partido Comunista Chino, participando en actividades de espionaje y manipulación que podrían comprometer la seguridad nacional del Reino Unido.
El Ministerio del Interior decidió, en julio de 2023, prohibir la entrada de H6 al país, considerando que su presencia representaba un riesgo claro y presente. Aunque H6 apeló la decisión, un tribunal especializado en inmigración respaldó la medida, destacando que el empresario había utilizado su relación con el príncipe Andrés para ganar acceso a sectores clave del poder británico.
Los jueces también señalaron que el duque de York podría haberse vuelto "vulnerable" a la influencia de H6, quien, según se argumenta, utilizó su posición para infiltrar agentes y realizar actividades encubiertas sin ser detectado.

El Fondo Eurasia: una pantalla para actividades sospechosas
Uno de los aspectos más inquietantes del caso es el uso del Fondo Eurasia, una iniciativa financiera internacional destinada a promover la colaboración entre China y Occidente. Según los documentos extraídos del teléfono de H6, esta plataforma habría servido como un instrumento para introducir inversores y contactos chinos en el Reino Unido bajo el pretexto de impulsar el desarrollo económico.
En la carta del asesor del príncipe, se menciona cómo H6 ayudó a "eliminar cuidadosamente a las personas que no eran completamente de confianza", sugiriendo un nivel de influencia inusual en las operaciones internas del círculo del duque. MI5 cree que estas actividades permitieron a H6 operar de manera encubierta, utilizando su relación con el príncipe como un escudo para evitar sospechas.
Las repercusiones para la monarquía británica
Este escándalo plantea serios interrogantes sobre el juicio del príncipe Andrés, quien ya ha enfrentado controversias por sus asociaciones previas con figuras polémicas, como Jeffrey Epstein. En este caso, la implicación de un presunto espía chino pone en entredicho su capacidad para distinguir entre aliados legítimos y agentes con agendas ocultas.
Además, este incidente tiene implicaciones directas para la monarquía británica, una institución que históricamente ha mantenido una relación simbiótica con el Estado y sus intereses de seguridad. La cercanía de un espía chino a un miembro senior de la familia real podría minar la confianza del público en la capacidad de la monarquía para desempeñar su papel con integridad y prudencia.
Aunque el nombre real de H6 sigue siendo un misterio, el tribunal que supervisa su caso ha levantado parcialmente la orden de anonimato, permitiendo que se discutan ciertos detalles del caso en público. Sin embargo, H6 ha presentado una apelación para mantener su identidad protegida, argumentando que su seguridad personal está en riesgo si se revela su nombre.
Mientras tanto, la investigación continúa, y es probable que se desvelen más detalles sobre cómo operaba H6 y hasta qué punto llegó su influencia dentro del círculo del príncipe Andrés.
Un golpe más al duque de York
Para el príncipe Andrés, este es otro episodio que se suma a una lista cada vez mayor de escándalos. Aunque no hay pruebas que sugieran que el duque fuera consciente de las actividades encubiertas de H6, su aparente ingenuidad al permitir que alguien con intenciones ocultas accediera a su círculo plantea dudas sobre su juicio y su futuro dentro de la familia real.
En un momento en que la monarquía lucha por modernizarse y mantener su relevancia, incidentes como este no solo dañan la reputación de Andrés, sino que también ponen en peligro la percepción pública de la institución como un todo.
El espionaje chino, con sus sombras largas y métodos silenciosos, ha encontrado en el príncipe Andrés un capítulo que no será fácil de olvidar para el Reino Unido. Las lecciones, si es que se aprenden, podrían ser tan amargas como necesarias.
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