Casas Reales

El rey Emérito no se llevó solo a Froilán a ver a Topuria: estuvo su amigo El Assir, mercader de armas

La contundente victoria de Ilia Topuria la noche del pasado sábado en el Etihad Arena donde al tercer asalto noqueó a su rival Max Holloway se ha convertido en una de las noticias deportivas más seguidas en nuestro país, y no solo por lo que se vio en el combate, sino por todo lo que rodeó a este evento que va más allá de lo puramente deportivo.

Desde influencers de varios rincones de España como Violeta Mangriñán y su marido o Laura Escanes, al futbolista Sergio Ramos. La lista de invitados definía perfectamente cómo se las gasta y como gusta este deportista hispano georgiano, que levantó a todos los presentes de su asiento para aplaudir una batalla que fue de absoluta contundencia.

Precisamente en primera fila y rodeado de su escolta y amigos, el rey Emérito acudía a este encuentro que disfrutó casi tanto como cuando va a la final de Fórmula 1 o a los campeonatos de vela. A don Juan Carlos, si hay que buscarle, tendrá que ser o en un campo de fútbol, o en un puerto deportivo, o en una final de tenis. Su pasión por el deporte es incuestionable como también lo es su decisión de vivir en Abu Dabi, en lo que se ha llamado un exilio voluntario y una manera de no rendir con la Hacienda tributaria en España.

Mucho se había hablado en todos estos últimos años sobre su estrecha amistad con el controvertido El Assir, el que fuera su anfitrión cuando decidió salir de España. Precisamente con él fue con quien acudió a este encuentro deportivo al que también se sumó su nieto Froilán, otro que no se pierde una por mucho que algunos empeñen en describirlo como el empleado del mes. Informalia adelantó la presencia del hijo de la infanta Elena en el combate. El nieto se ha convertido en el mejor guardián de su abuelo, y de ahí que no haya evento que no se pierdan juntos. Los continuos escándalos que protagonizó en España fueron motivo más que suficiente para que se decidiera que lo mejor era poner muchos kilómetros por medio y vivir cerca del emérito, quien tira de amigos para que colocarle en algún trabajo de vez en cuando.

Pero sin duda la presencia de Él Assir con don Juan Carlos es una imagen que en muchos ámbitos no se ve adecuada. Entre otras cosas porque en España y en Francia no se descarta su detención ya que este mercader de arma libanés sigue buscado por la Interpol. Él también decidió exilarse en Abu Dabi, y de ahí que su mansión en la urbanización Puerta de Hierro, muy cercana a la que tiene la mismísima Isabel Preysler, sigue embargada por las deudas pendientes que tiene con nuestro país.

Por todo esto y por muchas otras cuitas pendientes no deja de llamar la atención estas amistades, mucho más que la imagen de un beso en la calva rey por parte del campeón de peso ligero. A fin de cuentas la emoción de lo que acababa de vivir acabó con cualquier tipo de protocolo y es que ya se sabe a qué saben los besos de las victorias. Y si no que se lo pregunten a Rubiales que por otro beso con sabor a victoria se buscó la desgracia de su carrera.

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