Casas Reales

El revelador empeño de Cristina por aclarar que ella reside en Suiza, ajena a la vigilancia de María Jesús Montero

Infanta Cristina

Cristina de Borbón y Grecia (Madrid, 13 de junio de 1965) llegó a estar imputada por blanqueo y delito fiscal en el Caso Nóos. La infanta fue absuelta por la Audiencia Provincial de los dos delitos de los que se le acusaba, pero se le condenó al pago de una cantidad al considerar que se había beneficiado de los delitos cometidos por su marido. Iñaki Urdangarin fue condenado a seis años y tres meses de prisión. La mera imputación de la infanta Cristina, sexta en la línea de sucesión al trono de España, llevó a Felipe VI en junio de 2015 a revocar el título de duquesa de Palma de Mallorca que le había concedido su padre después de casarse en 1997.

O sea, ella no fue a la cárcel, como su marido; pero no parece una ciudadana ejemplar. Al menos no se lo pareció a su hermano. ¿Podemos fiarnos de la limpieza de las cuentas, de su honradez sin tacha? ¿Pone interés la infanta en compartir su patrimonio y sus impuestos con la ciudadanía? ¿Hay propósito de la enmienda respecto del oscurantismo que la llevó al banquillo? ¿Es dada a aclarar dando la cara lo que se dice o escribe sobre ella?

Ahora Cristina ha adquirido una casa de 300 metros en Pedralbes, un inmueble que fue de ella en los primeros años de matrimonio con Urdangarin y que no puede costar menos de dos millones de euros, tirando por lo bajo. Dicen que ha pedido una hipoteca de 15 años a La Caixa (a su banco). Cristina ingresa unos 400.000 euros al año de la Fundación Aga Khan, con sede en Ginebra. Además, como hija de Juan Carlos, I será beneficiaria junto a su hermana y otros afortunados parientes del Emérito de la fabulosa herencia de su padre. Tras el Caso Nóos, desaparecieron varios millones de euros de los que no hemos vuelto a saber. La transparencia del patrimonio, las cuentas y el pago de impuestos de la infanta Cristina y la maraña referida a la Fundación auspiciada por el anterior jefe de Estado queda opacada para la Agencia Tributaria si la hermana de Felipe VI no es contribuyente.

Tal vez eso explique la llamativa obsesión de la hermana de la infanta Elena por remarcar que ella no reside en España, al menos en términos formales; o sea, en términos fiscales. Poderoso caballero. Cristina no tiene un trabajo de esos de entrar a las 9 y salir a las cinco, de lunes a viernes. Básicamente, hace lo que le da la gana, entra sale, viaja y se mueve. Las visitas cada vez más frecuentes a España han quedado patentes (no todas) y nos permiten comprobar que, por las razones que sea, viene mucho tanto a Madrid, donde para en Zarzuela; como a Barcelona. Ahora, en lugar de quedarse en el hotel de Pedralbes tiene un piso (de dimensiones descomunales) en la misma zona (donde residirá su hijo Pablo, el que juega al balonmano).

El empeño de la infanta Cristina por remarcar que ella reside en Ginebra se puso de manifiesto de nuevo este martes cuando, apenas unos minutos después de saltar la noticia de que se había comprado el casoplón en Barcelona, la hija del Rey Emérito filtraba este titular: Desmentido rotundo: la infanta Cristina no se viene a vivir a España. Si es "rotundo" es que es la propia infanta quien desmiente. La revista Hola acudía en auxilio de Su Alteza Real para matizar con inusual velocidad pero con incuestionable contundencia que la hija mediana de don Juan Carlos y doña Sofía viaja de manera constante a Barcelona y Madrid por cuestiones laborales y familiares. Añadía el semanario complaciente con este sector de la familia borbónica que Cristina ve a su madre, en el palacio de La Zarzuela donde está viviendo temporalmente su hijo Miguel, además de verse con su hermana, doña Elena, y con sus hijos. "Pero otro tema muy diferente es que deje Ginebra para mudarse a España", reza la nota que contradice a la vez a la competencia directa de Hola, que es Lecturas.

La revista de RBA lleva a su portada que la hija de Juan Carlos I "se muda a Barcelona". Una noticia que han debido deducir tras averiguar y desvelar la compra del piso de Pedralbes. Es verdad que el semanario de Luis Pliego se pasa de frenada pero hay que pensar que la gente "normal" que se compra un piso de 300 metros en el mejor barrio de Barcelona no lo usa como segunda vivienda para viajes esporádicos.

Tal vez por eso, el cañón filtrador del entorno de la infanta Cristina se ha apresurado a difundir, en este caso a través de Silvia Taulés en el portal Vanitatis, que el piso es para uso y disfrute de Pablo, aunque su madre (paganini) residirá allí cuando esté en Barcelona.

Pero cojamos con pinzas todas estas informaciones porque la infanta Cristina tiene mucho interés en que la Hacienda española no la pueda examinar y por tanto en dejar claro que ella no reside en España, no le vayan a hacer un Shakira y la vigilen hasta en la peluquería.

"Está encantada con todo y está viviendo un momento extraordinario, mucho más tranquila"

Por ejemplo, Hola añade en ese desmentido urgente que Cristina "atraviesa uno de sus mejores momentos a nivel personal y profesional", después de divorciarse del padre de sus cuatro hijos, que se ha ido a vivir con Ainhoa Armentia, integrada en la familia de los Urdangarin y cercana a la ex suegra de doña Cristina. También define el semanario a Cristina como "trabajadora a tiempo completo, que reparte sus horarios entre sus dos trabajos". Después apoyan esta información en una fuente que entrecomillan pero no identifican: "Está encantada con todo y está viviendo un momento extraordinario, mucho más tranquila en todos los aspectos, disfrutando de su familia y amigos y llevando una vida social de lo más divertida y activa". ¿Quién dice esto?

A continuación, Hola, sin citar la fuente, hace suya de nuevo la insistente afirmación de que la infanta no tendrá que rendir cuentas fiscales en España: "No se traslada a vivir a Barcelona, bien es cierto que ha llegado el momento de tener un refugio propio". (Los 300 metros en Pedralbes) son un refugio. La compró hace meses, aunque aún no ha podido instalarse porque se está tomando su tiempo para adecuarla a sus necesidades. "La está decorando con la ayuda de sus hijos para que todos se sientan a gusto y encuentren entre sus muros la tranquilidad de un hogar", dice alguien no identificado en Hola (¿será la propia infanta disfrazada de fuente?). La revista finaliza así la información que protege a la infanta Cristina de tributar en España con una insistencia, no vaya a ser que la vicepresidenta y ministra de Hacienda María Jesús Montero no se haya enterado: "Un paso decidido y muy meditado que no supondrá en ningún caso su mudanza a España".

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