La sangre azul de la pequeña de los Urdangarin fluye como la de cualquier persona a los 18 años y su viaje de voluntariado a Camboya es el escenario perfecto para dotar de exotismo a su primer amor. Irene Urdangarin Borbón lleva tres meses allí con el misionario y jesuita español Enrique Figaredo. Nada como un año sabático y solidario para que la prima más guapa de nuestra futura reina encuentre a su propio Don Juan.
Hablamos de Juan Urquijo, joven de 25 años, hermano de la mujer del Alcalde. Juan tiene siete años más que su prima y novia, es ingeniero agrónomo, fue estudiante en el Reino Unido, con idiomas, como Irene. Juan es hijo de Lucas Urquijo y Beatriz Moreno de Borbón-Dos Sicilias (hermano de Teresa Urquijo, la flamante esposa del alcalde de Madrid). Sus familias (en realidad es la misma familia) se alegran de que estén juntos y sus madres son amigas desde niñas.

Juan recibió a los invitados en la boda de Almeida y su hermana
Juan Urquijo no solo estuvo en la boda de Almeida y su hermana. Participó activamente: acudió con la insignia de caballero de la Sacra y Militar Orden Constantiniana de San Jorge. Fue él quien recibió a muchos de los invitados a las puertas de la iglesia de los jesuitas junto a su madre, Beatriz Moreno, y su cuñado, Almeida, incluidos al Rey Juan Carlos, las infantas y tres de sus ocho nietos: Juan Urdangarin y Felipe y Victoria de Marichalar. Irene estaba en Camboya, a donde llegó en la segunda quincena de enero, después de despedirse de Juan y de su familia en la Zarzuela y de pasar unos días con su madre en India.

Ya habíamos visto a la hija de la infanta doña Cristina e Iñaki Urdangarin como voluntaria en Camboya pero ahora sabemos que está enamorada. Lo dice Hola. Juan e Irene son medio familia, parientes que proceden de Alfonso XII. Sus familias, además de compartir lazos de sangre, también son muy amigas, Hacía años que no se veían y se reencontraron, el verano pasado, de vacaciones. Cuentan que la Celestina fue Victoria Federica, licenciada en casamentera. El flechazo fue normal y corriente: empezó como una amistad especial y ha terminado en una relación sentimental. Es sin embargo una relación que se ha convertido en sacrificio: ahora están viviendo a distancia pero sostienen su ilusión pensando en el verano, cuando podrán reencontrarse. Dice el semanario (que lo sabe todo de este incipiente noviazgo) que hasta la entrada del otoño, no pudieron verse mucho, pero que cuando Irene se instaló en la Zarzuela con su abuela la Reina doña Sofía para sacarse el carné de conducir se veían a diario entre clase y clase. Irene aprobó.
La revista les retrata ahora entre miradas, haciendo planes con amigos, como esa experiencia "salvaje" que supone escaparse a Aldea del Fresco (en Madrid) para ver animales sueltos desde el coche. El ingeniero y la nieta de Juan Carlos I se fueron juntos al Safari Madrid, y parece que los paparazzi les siguieron: ellos fotografiaban a los animales y los reporteros les fotografiaban a ellos. Irene y Juan daban una zanahoria a los grandes herbívoros y los fotógrafos lo inmortalizaban. Nada como amarse entre leones, tigres, rinocerontes, jirafas, elefantes, hipopótamos, cebras, o leopardos.