Nuevo y desafiante paso. Harry y Meghan han decidido cambiar el apellido de sus hijos para pasar a llamarse Archie y Lilibet Sussex, tal y como recogen algunos medios como Page Six y The Sun. Todo un giro que responde al deseo de los duques de "unificar la familia".
Este cambio se ha sincronizado con el lanzamiento de su nueva web, Sussex.com. El príncipe y su mujer, que viajaron a Canadá para presidir el 10º aniversario de los juegos Invictus, han convertido la idílica estación de Whistler, en la Columbia Británica canadiense, en una luna de miel.

Los gestos románticos entre el príncipe y su mujer son continuos. Los vemos sonrientes, juntos y de la mano, como si pasearan por un paisaje desierto de curiosos y de cámaras. Pero no. Durante su visita, la aclamada estación de Whistler está llena de fotógrafos y los duques saben cómo escenificar el amor.
El hijo de Carlos III aprovechó para practicar con un trineo en una de las pistas adaptadas para este tipo de deporte. Con un casco para protegerse la cabeza, Harry descendió por el canal de hielo a gran velocidad.

El uso de Sussex ha recibido duras críticas. Primero, por su utilización como marca comercial en la nueva web sin consulta previa a Buckingham. Y segundo, por ese supuesto cambio de apellidos en sus hijos con el deseo de "unificar a la familia", según recoge la prensa británica. En el primer caso, además, se da la circunstancia de que cuando Harry y Meghan decidieron marcharse de Londres y renunciar a sus deberes como miembros de la Familia Real, la propia reina Isabel II les prohibió hacer uso de la marca SussexRoyal. Esto fue una condición que les vino impuesta hace 4 años, en 2020, cuando activaron el Megxit.
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