Casas Reales

Rainiero de Mónaco quería que Carolina fuera su sucesora en lugar de Alberto porque el príncipe no estaba a la altura

Arrecia la tormenta en Mónaco. Las críticas sobre Alberto II y su mujer no cesan desde que el ex contable Claude Palmero sacara a la luz sus cinco cuadernos con los detalles de los desenfrenados gastos de los Grimaldi. El diario Le Monde, que ha accedido a las cuentas anotadas por el ex gestor a lo largo de los 20 años que trabajó en palacio, publica también que Rainiero III planeaba cómo dejar a su hija Carolina de sucesora en lugar de Alberto, como así fue tras la muerte del príncipe, en 2005.

Esta revelación ha llegado también a la prensa de la mano del ex administrador de la familia Grimaldi, Claude Palmero. Antes de su fallecimiento, Rainiero estudió la posibilidad de que su hija primogénita le sucediera y recurrió por escrito a fuentes juridícas en el año 2001 tal y como detalla el diario francés a través de los autores de este caso, los periodistas Gérard Davet y Fabrice Lhomme.

Se da la circunstancia de que Carolina es la mayor de los tres hermanos. Cuando falleció Rainiero, la princesa tenía 48 años; Alberto, 47; y Estefanía, 40. La sucesión natural hubiera sido la primogénita. Detalla el periódico que la relación entre el jefe de la Casa Grimaldi y su hijo no era buena. Tenían una relación "difícil". Incluso, el príncipe consideraba que Alberto no estaba "a la altura".

Gérard Davet y Fabrice Lhomme comenzaron a bucear en los papeles de palacio cuando trascendió que Alberto había depuesto a su contable, Palmero en 2023; a su asesor, Laurent Anselmi, y había dejado atrás a su abogado, Thierry Lacoste. El demoledor informe del despilfarro de palacio deja en el centro de la diana a Alberto y a su mujer, Charlene. De todos los gastos anotados por el ex gestor, el que más llama la atención es la partida de 15 millones de euros que desembolsó Charlene a lo largo de ocho años.

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