Fue una cena informal, con sus hijas, Elena y Cristina, algunos de sus nietos y sus amigos, como los ex jefes de la Casa del Rey Rafael Spottorno y su mujer, María Pía; y Fernando Almansa. También, la gran amiga del emérito Marta Gayá, tal y como publicamos. Estos son los detalles de la fiesta flamenca de don Juan Carlos en Abu Dabi con motivo de su 86 cumpleaños.
Tuvo un pastel con una sola vela. Y Los del Río le cantaron al padre de Felipe VI, tal y como ha explicado en Vamos a Ver el sevillano Antonio Romero Monge, uno de los artistas que compone el dúo. Para hacer honores al cumpleañero, Los del Río tiraron de hitazos: "Lógicamente le cantamos Sevilla tiene un color especial, que fue una maravilla; y cantamos, al final, 'La macarena'. Y en medio, cumpleaños feliz".
Elena tomó la palabra para felicitar a su padre, a quien está muy unida. Entre los invitados, según ha detallado Mariangel Alcázar, estaba Álvaro de Orleans, que financió los viajes privados del rey emérito entre 2007 y 2018 a través de la Fundación Zagatka. De hecho, Álvaro sigue formando parte de su entorno más cercano.
Juan Carlos no bailó
Antonio ha revelado más detalles: como que el padre de Felipe VI sopló una vela y que los invitados, unos 90, disfrutaron de un buffet. "Estamos muy agradecidos de que se hayan acordado de nosotros", proseguía el sevillano en Telecinco. El artista vio a Juan Carlos I "muy feliz con sus hijas y nietos"; y ha añadido que el emérito "estuvo todo tiempo sentado en su mesa, disfrutando". Nada de bailes, y mucho menos la Macarena. "Estaban casi todos los nietos"; y ha insistido que estuvieron "cariñosísimos" con ellos, y que son unos "chiquillos muy sencillos".
Además, del jamón ibérico y el vino español, también hubo platos de comida árabe. "Una mesa muy bonita y muy bien puesta" y el emérito "muy generoso", ha recalcado Antonio en el matinal. Además, sabemos que la celebración tuvo lugar en su casa, "muy bonita y sencilla con un jardín". Han sido las palabras que ha elegido el artista para describir la vivienda. Se trata de una propiedad de mil metros cuadrados valorada en once millones de euros. Con seis dormitorios y salones mirando al mar, según publica La Razón.
