Desesperados. Así están los responsables de la Casa Real danesa, a los que la crisis por el comportamiento del príncipe Federico se les ha ido completamente de las manos. Su popularidad ha bajado a mínimos históricos tras conocerse su amistad con Genoveva Casanova y la opinión pública ha escogido claramente un bando: el de Mary Donaldson. Mientras amaina la tormenta, Casa Real ha tomado una decisión extrema: dividir la agenda institucional de los príncipes.
Ambos han reaparecido tras el escándalo para cumplir con sus obligaciones pero lo han hecho por separado. Casa Real no los quiere a Federico y Mary juntos en público porque cada uno de sus gestos es analizado con lupa y eso, en estos momentos, no es precisamente positivo. La princesa no puede (y quizás no quiera) disimular su enfado y su decepción con el padre de sus hijos por lo sucedido. Ya en Copenhague, durante sus últimos dos actos con los reyes Felipe y Letizia, horas después de hacerse pública la noticia, la esposa de Federico apareció visiblemente seria y distante con su marido.
La nueva estrategia comenzó este martes. Mary reapareció en el Ayuntamiento de Copenhague para presidir una cena de gala en honor a Vo Thi Anh Xuan, vicepresidenta de Vietnam. Hacía trece días que no la veíamos. Acudió sola, sin Federico (un hecho insólito dado que se trataba de un acto institucional de alto copete) y vestida con un diseño midi confeccionado en terciopelo burdeos, un color que se ha interpretado como un mensaje de fortaleza. El príncipe, por su parte, ha acudido en la mañana de este miércoles a un encuentro en solitario con Vo Thi Anh Xuan en el Castillo de Amalienborg.
Todos a una: Mary Donaldson
Como decíamos, la opinión pública sobre el 'desliz' del príncipe Federico es unánime en Dinamarca: inaceptable. Tanto el pueblo como los medios de comunicación tienen en muy alta estima a Mary Donaldson y han tomado un claro partido por su princesa en esta crisis de estado. Mujer y madre ejemplar, solidaria, trabajadora, culta... No hay ni un 'pero' hacia la australiana, que dejó Estados Unidos y una brillante carrera profesional por amor.
El hijo de la reina Margarita, sin embargo, está en el ojo del huracán, no solo por su amistad con Genoveva Casanova (que no es la primera) sino también por su irresponsabilidad al deambular solo y sin rumbo por las calles de Madrid de madrugada. Los daneses también se preguntan de dónde salió el dinero para este viaje privado y qué otros gastos innecesarios y caprichosos le cubren a su príncipe con sus impuestos.
Como adelantamos en Informalia, la situación es extremadamente delicada. La reina Margarita, a sus 83 años, planeaba su abdicación en Federico pero el escándalo ha dado al traste con sus planes. Mary, por su parte, se está planteando el divorcio, una opción lícita pero muy compleja teniendo en cuenta las capitulaciones matrimoniales que firmó antes de su boda y la situación en la que quedarían sus cuatro hijos, Christian, Isabelle, Josephine y Vincent.
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