El marido de Mary Donaldson, que este mismo martes acompaña a Felipe VI durante la visita de Estado de nuestros Reyes a Dinamarca, estuvo en Madrid hace unos días y, lógicamente, sus encuentros con la mexicana ha levantado todo tipo de comentarios incluso antes de ponerse a la venta la revista (Lecturas) que se hace eco de la noticia, incluyendo un reportaje gráfico que da fé de lo que contamos.
Dice la revista de cabecera de la que fuera nuera de la duquesa de Alba que todo es muy normal y tacha el escándalo que implica al heredero de la corona danesa de "controversia inesperada". Pero lo más divertido es la versión en forma de excusa que Genoveva Casanova ha facilitado a Hola sin decir que ha sido ella: el semanario asegura que se trataba de un viaje privado "organizado entre amigos de la universidad" con los que iba a encontrarse en España con un plan muy determinado.
Lo más desternillante es que Federico de Dinamarca vino a Madrid a visitar museos, disfrutar del flamenco y de nuestra gastronomía. Pero, ¿cómo explica la oficialidad de Hola las fotos que están a punto de dar la vuelta al mundo y cuyo atronador ruido ya suena en Copenhague y en todos los palacios?
Esto es lo mejor: "Un amigo que tienen en común tenía previsto acompañar a Federico a visitar la a exposición 'Picasso, lo sagrado y lo profano' en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza". El amigo se encontró indispuesto (Covid) y pidió a Genoveva que fuera en su lugar. La mexicana siempre está dispuesta a sacrificarse y más si es por amor al arte y hay un príncipe heredero necesitado de experta que le guíe.
Genoveva es una gran apasionada y entendida del arte y ha trabajado como directora de Proyectos y Relaciones Institucionales en la Fundación Casa de Alba. También es una apasionada de romances con hombres tan destacados como el padre de sus mellizos o el ex ministro José María Michavila. Mención aparte merece su idilio con Gonzalo, el hijo de Mario Vargas Llosa, a quien Genoveva acompañó en 2010 en la ceremonia de su Nobel. Nada como hacernos los suecos. Lástima que Mary Donaldson sea de Tasmania, como el Diablo.
Los encuentros entre Genoveva y el príncipe heredero se dieron en El Retiro o El Corral de la Morería, entre otros lugares de la capital. También estuvieron en casa de ella, según Lecturas.