Letizia cumple 51 años este viernes 15 de septiembre. Una edad madura que la reina vive de forma plena. Sus canas son solo un pequeño detalle de la edad. Precisamente mujer y madurez son dos de sus campos de trabajo en los que está más comprometida. Esos campos incluyen el feminismo, la visibilidad de las mujeres en todas las esferas de la sociedad, la igualdad de género y la diversidad.
Para la Reina este año ha sido de cambios y de toma de decisiones. Sus hijas han dejado el nido vacío. Letizia y Felipe VI celebraron la graduación de su hija mayor, Leonor, en el UWC Atlantic College de Gales y en agosto la despidieron en las puertas de la Academia General Militar de Zaragoza. Dos momentos familiares que nos dejaron el álbum de fotos más intenso de este año.
Letizia y el primer selfie
En el campus del Castillo de St Donat`s vimos el primer selfie de la historia de la Familia Real. Documentazo gráfico, la foto que tomó la propia Reina con su iPhone y que Casa Real publicó en redes.
Un instante de espontaneidad que también vimos en la despedida de los Reyes a Leonor en La General. La heredera soltó su trolley. Letizia agarró a la Princesa y le dio un abrazo como para derretirse. La Reina cerraba los ojos y apretaba a su hija contra su pecho. Son imágenes que nos muestran el lado más emocional de la Reina. Sin filtros. Estas fotografías fijas nos llegan gracias a su trabajo por modernizar Zarzuela y adaptarla a los nuevos tiempos. Una tarea de puro marketing y también un acierto de comunicación.
Y como este año venía con cambios, también hubo otro adiós. El de Sofía. La infanta puso rumbo a Gales, donde acaba de iniciar primero de Bachillerato Internacional en el mismo centro de la red de Colegios del Mundo Unido que su hermana. El trabajo de mentoring de Leonor, muy apreciado en esta red, ya estaba hecho. La heredera ha compartido con su hermana sus vivencias en Gales y eso cuenta más que cualquier training.
Dando botes en Sídney junto a las campeonas
Sofía ha tenido mucho protagonismo este verano. Se fue con su madre a Sidney para ver la épica victoria de la Selección en la final de la Copa del Mundo. La presencia de la Reina en la final fue decisiva porque con su apoyo visibiliza el fútbol femenino y le da alas. Letizia ha sido el gran apoyo de La Roja desde antes de que las jugadoras viajarán a Australia. Su euforia post encuentro, saltando con las campeonas a pie de campo, dio la vuelta al mundo. Fue una potente imagen feminista y de igualdad para la Marca España en el escenario internacional. Todo esto quedó eclipsado por los impresentables gestos de Luis Rubiales y la polémica planetaria del beso no consentido a Jenni Hermoso.
La Reina transmite la imagen que ella quiere transmitir: una mujer profesional del siglo XXI, de gran carácter, de talento sobresaliente, conquistadora, habladora, que pregunta más que responde. Letizia, de memoria prodigiosa para los nombres y para recordar anécdotas, es muy observadora. Forma parte de su expertise de sus años de reporterismo. Lo vimos este año en aquel vídeo que grabó por los 50 años de su querido Informe Semanal. Además, tiene un gran sentido del humor, sabe conectar y comunicar, es tecnológica y bucea en las redes sociales. En cada acto que preside, siempre tiene una pregunta preparada. Habla con todas las personas de todos los eventos y estudia todos los contenidos. Siempre lleva los deberes hechos y ha transmitido esa cultura de perseverancia, perfección y dedicación a sus hijas. Leonor conoce los trabajos de los Premios Princesa de Asturias antes de entregarles el galardón.
Además de mujer, feminismo e igualdad, Letizia también está volcada en la salud, conciliación, familia, inclusión, infancia y educación. Es su compromiso. Aun así, su trabajo va mucho más allá como pilar fundamental de la Casa para proyectar una imagen de la institución más moderna y más cercana a la gente.
Letizia forma con su marido un equipo de trabajo cohesionado. En los actos, sabe manejar como nadie el lenguaje corporal para transmitir el mensaje que quiere.
En Pamplona, hace unos días, colocó el pañuelo a don Felipe. Ese gesto y esa mirada de amor y admiración ahí están.