Es la princesa perfecta. De gesto, de sonrisa y de estilo. Kate Middleton no patina nunca, maneja la comunicación no verbal con maestría. Sus asesores miden al milímetro cada una de sus apariciones y cada uno de sus looks. Pocos chascarrillos trascienden a los medios. Uno de ellos, el nickname que emplea a veces con él: "baldy" (calvo), en clarísima alusión a su calvicie, en tono íntimo y cariñoso. Y no es el único apodo. Así lo publica The New York Post, que cita a The Mirror y Tom Quinn, autor del libro Juventud dorada: una historia íntima para crecer en la familia real.
Kate Middleton se pone en modo políticamente incorrecta y llama cariñosamente a su marido Baldy y también babe y Big Willy. Son los tres nombres que usa de forma aleatoria para hablar con el príncipe de Gales, lanza el medio estadounidense.
Como sucede en la intimidad de muchas relaciones, el heredero también tiene palabras cariñosas para llamar a su mujer. Guillermo emplea apodos como Babykins y duquesa de Doolittle, según menciona el escritor Tom Quinn.