Crisis total. Ruptura matrimonial, vidas separadas. Divorcio. Todo este arsenal de hashtags alarmistas son para los duques de Sussex. Apunta la prensa británica que Harry y Meghan van camino de la separación. Que ya es evidente. Algunos medios van más allá y lanzan la información de que el hijo de Carlos III habría dejado el hogar familiar, la exclusiva propiedad de Montecito (Los Ángeles), y se habría instalado en un hotel a dos horas en coche de su casa. Incluso lanzan el precio de la habitación (4.000 dólares la noche). Sin embargo, unas fotografías de Harry y Meghan Markle a plena luz del día, paseando muy sonrientes e interactuando con absoluta normalidad, parecen desmontar esta trama de despropósito y crisis. Parecen tan unidos y enamorados como siempre, con esa nube que les rodea. ¿O es una escenificación? Lo publica Daily Mail.
Están sonrientes. Incluso se les ve muy felices. Meghan va con un sombrero Panamá, una camisa blanca y unos shorts color marrón chocolate. Camina con unas chanclas. Sonríe a su marido con toda naturalidad. Son las primeras imágenes de los duques de Sussex después de que se haya conocido que desalojaron la propiedad de Frogmore Cottage, en Windsor, a petición de Carlos III. Esta solicitud les llegó sobrevenida y coincidió en el tiempo con la publicación de las devastadoras memorias del príncipe Harry, En la sombra, que tanto daño causaron a la familia y a la imagen de la monarquía.
El Megxit de 2020 llevaba implícito el adiós a Reino Unido, lo que desembocó en la gran mudanza de los Sussex a EEUU. El rey, entonces heredero Carlos, les había dado a los Sussex 2,4 millones de libras para el nuevo acondicionamiento de la mansión de Windsor, que solo ocuparon durante seis meses. Ahora hemos sabido que el príncipe y su mujer empaquetaron sus pertenencias y vaciaron Frogmore. Así tal cual.