Día familiar y evento festivo para la infanta Sofía, que ha celebrado su Confirmación en la Iglesia de la Asunción de Nuestra Señora de Aravaca, en Madrid. Mismo lugar que Leonor y mismo padrino, el rey Felipe VI.
Han aparecido los tres abuelos que viven en Madrid, Doña Sofía, Paloma Rocasolano y Jesús Ortiz, que ha llegado con Ana Togores. Por cierto, que no se han separado ni un segundo. Como los duques de Sussex en los actos públicos, Ortiz y Togores iban agarrados de la mano muy enamorados. Así hasta que se han ido. Esto ha sido muy comentado entre los compañeros de la prensa, que nos encontrábamos en el patio ajardinado de la parroquia.
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Pero, de lejos, muy de lejos, lo más comentado ha sido un instante en el que la reina Letizia agarra del brazo a su hija Leonor, en un gesto que en el programa Ya es mediodía han interpretado como un nuevo enganchón de las dos reinas. La escena no ha sido más que una interpretación. Es verdad que estaban las dos reinas y Leonor en el mismo plano. Pero ha sido un gesto de Letizia para indicar a su hija dónde colocarse. Inmediatamente después, lo que he visto ha sido un abrazo por la espalda de la princesa a su abuela paterna. Las dos, agarradas, han entrado juntas a la iglesia.
Una hora y cuarto ha durado la misa, con su homilía, la unción del óleo consagrado mezclado con bálsamo y la imposición de manos a Sofía. El rito ha concluido con el saludo de paz y las notas del Canon de Pachelbel. Casi a las 14:00 ha salido la familia real. Era el momento post- 'enganchón'. Letizia y Sofía se han saludado con dos besos. Estaban bajo los arcos de los soportales de la iglesia. Después, la madre del rey ha repartido besos a sus nietas. Entonces suegra y nuera, agarradas del brazo, se han mostrado tan cómplices y alegres. Han caminado así, tan unidas, delante de los medios que nos encontrábamos allí. Después, han vuelto a posar para los fotógrafos. Nos han querido enviar un mensaje de unión y de cercanía.
Los Reyes y sus hijas se han acercado a un grupo de vecinos que quería saludarles. Uno por uno, han ido estrechando manos. Para concluir, un último retrato ante las cámaras. El Rey agarraba la mano de su Sofía. La estrella del día ha sido para ella. Estaba muy contenta.