El Palacio Real de Madrid ha abierto sus puertas en la noche de este miércoles para ofrecer una cena de gala en honor del presidente de Colombia, Gustavo Petro, y su esposa, Verónica Alcocer. Se trata de la primera del año y todos los ojos estaban puestos en doña Letizia, que no ha defraudado. La reina ha estrenado un vestido rojo español confeccionado en seda salvaje y de inspiración flamenca, con delicados volantes en hombros y cinturilla, más largo en la parte trasera y en perfecta sintonía con una elegante cola.
Lo ha combinado con su tiara favorita, la floral. La ha lucido en multitud de ocasiones pero esta es la primera que lo hace a modo de diadema, con pelo suelto. La tiara, realizada con diamantes que forman flores, fue un regalo del dictador Francisco Franco a la reina Sofía en nombre del pueblo español con motivo de su boda con Juan Carlos I. La infanta Cristina la llevó en su boda con Iñaki Urdangarin.
Doña Letizia ha complementado la tiara con pendientes botón de oro blanco y diamantes. Para sujetar la banda de la orden colombiana de Boyacá ha escogido un broche con lazo de diamantes que perteneció a la reina regente María Cristina de Austria y que la esposa de Felipe VI ha desempolvado del joyero real para lucirlo por primera vez.
La cena ha tenido lugar en el Gran Salón del Palacio Real de Madrid, que es es el más grande de Europa Occidental y uno de los más grandes del mundo. El comedor tiene 400 metros y fue inaugurado el 29 de noviembre de 1879 por los reyes Alfonso XII y María Cristina de Habsburgo. Iluminado con lámparas de bronce, cuenta con una mesa apta para 130 comensales y capacidad para 144 sillas. Las de los Reyes, que se sientan uno frente al otro, son ligeramente más altas que el resto.
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