Charo Palacios murió el 25 de noviembre de 2016 y se llevó a la tumba algunos secretos pero no sus relaciones con Juan Carlos de Borbón, de las que presumió en su círculo más cercano, hasta el punto de que su amiga la infanta Margarita llegó a comentarle a la condesa de Montarco que procurara ser más discreta sobre su hermano.
La madre de Alejandra de Rojas (muy amiga de María Zurita) fue la segunda mujer del conde de Montarco, con quien estuvo casada desde 1968 hasta la muerte del aristócrata en 2005, a la edad de 96 años. Charo Palacios fue sin duda una de las mujeres más notables y elegantes de la Alta Sociedad de los años 50, y su estilo marcó una época.
Rosario Palacios Calleya (Lisboa, 29 de diciembre de 1936) era hija del preceptor de don Juan Carlos y eminente científico Julio Palacios. Pero ella no era de ciencias: siempre estuvo fascinada por la moda y hasta tuvo una tienda en el centro de Madrid. Elio Berhanyer la convirtió en su modelo de cabecera y el gran modista la ayudó tanto como ella le encumbró a él, porque Charo era centro de las miradas allá donde estuviera, además de codearse con Tessa de Baviera, Beatriz de Orleans o visitar Zarzuela con Elio hasta que la misma reina doña Sofía la vetó, ustedes pueden imaginar por qué.
Berhanyer diseñó en los años 70 el vestuario de azafatas de vuelo de Iberia o los uniformes de las azafatas del Mundial de Fútbol de 1982. Ava Gardner, Lucía Bosé, Nati Mistral o la Reina Sofía lucieron sus creaciones a lo largo de medio siglo de carrera.
Muchos años antes de sus desavenencias con la madre de Felipe VI, Charo fue una de las invitadas a la boda en Atenas del entonces príncipe don Juan Carlos con Sofía de Grecia, en mayo de 1962. Pero no estuvo en Grecia por su noviazgo con Eduardo de Rojas Ordóñez, que estaba aún por llegar, sino porque su padre, el citado Julio Palacios, fue uno de los preceptores de don Juan Carlos, al que ella siempre le llamó "Juanito".
Dos años mayor que el entonces príncipe de Asturias, hay quienes cuentan que "esa chica moderna y atrevida despertó la atención de un Borbón adolescente al que siempre fascinaron las mujeres". Pero es que Charo fascinaba a casi todos.
Cuando Eduardo de Rojas Ordóñez, conde de Montarco, se casó en segundas nupcias con ella, en 1968, el aristócrata tenía seis hijos de su primer matrimonio. Con Charo tuvo un hijo (Julio) y una hija, Alejandra de Rojas.
"Charo tuvo relaciones con Juan Carlos pero Alejandra no es su hija"
Este miércoles ha salido a la luz que Alejandra es en realidad hija de don Juan Carlos, según aseguran en su libro los periodistas Javier del Olmo y David Fernández. Dicen que el Rey tuvo una cuarta hija, fruto de una relación extramatrimonial "con una aristócrata ligeramente mayor que él", sin nombrar a Charo Palacios. Pero luego añaden que esta cuarta heredera "llegó al mundo a finales de los setenta, principios de los ochenta", que "se llama Alejandra, está casada y tiene un hijo".
Fuentes familiares próximas a la propia Alejandra y a la fallecida condesa de Montarco aseguran a Informalia que la aristócrata "no es hija de don Juan Carlos", si bien admiten que "es cierto que Charo tuvo al rey como uno de sus amantes y que hasta presumía de ello en ocasiones", como ya hemos dicho. Tanto es así que la mismísima infanta Margarita, hermana pequeña del Emérito y amiga de Charo, llegó a pedirle que cerrara la boca.
Nos dicen además que Alejandra Rojas "siempre supo que su padre no era su padre biológico", pero atribuyen esa paternidad a un "apuesto amante de Charo, muy bien parecido y de nacionalidad portuguesa", añaden.
"En la familia todos supimos que Juan Carlos y Charo se veían a veces. Ella le llamaba, le decía: 'Juanito, tenemos que vernos', insistía, y ya sabemos que la mayoría de los Borbones son como son", nos aclaran.
"También es verdad que Charo siempre quiso tener una hija, una niña, y que su marido, 28 años mayor que ella, también deseaba una mujercita, aunque ya tenía hijas de su primer matrimonio", nos cuentan. "Pero de tener relaciones con don Juan Carlos a que Alejandra sea su hija va un trecho", remata nuestra fuente.
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