Quedan dos meses para el gran día: el próximo 6 de mayo, la Abadía de Westminster será el centro de todas las miradas porque Carlos III será coronado como Rey. El sucesor de Isabel II cuenta entre sus ilustres invitados con Juan Carlos I y por supuesto se espera la asistencia al histórico acto de Felipe VI y doña Letizia.
Tampoco es descartable la presencia de doña Sofía, con lo que es muy posible que volvamos a ver de nuevo en Londres la fotografía del actual monarca y sus esposa junto a los eméritos, como ocurrió en el funeral de la anterior soberana.
El beso y abrazo cariñoso entre Felipe VI y su padre en el funeral por Constatino de Grecia fue sin duda la imagen más comentada de las exequias del hermano de doña Sofía. Quedó claro que, en lo personal, don Juan Carlos y su hijo mantienen una relación cercana a pesar de la distancia que les separa: padre del actual Jefe del Estado reside en Abu Dabi desde hace casi tres años, a 7.000 kilómetros de Zarzuela. Antes de su marcha, Felipe VI había reprendido a su padre públicamente, le retiró su asignación y renunció a la herencia que pudiera corresponderle tras desvelarse que el Emérito poseía una cuenta con decenas de millones de euros en el extranjero. También se filtró la 'regañina' que Felipe VI dedicó a su padre tras la visita del anterior monarca a España, con una exhibición mediática en Sanxenxo que no agradó ni a Zarzuela ni a Moncloa. "Tiene que dar explicaciones y pedir perdón a los españoles", le dijo el presidente del Gobierno al Rey en la inauguración del Ave a Murcia. Ahora, según las fuentes consultadas, desde el Ejecutivo le han pedido a Casa Real que el emérito se disculpe públicamente si quiere seguir participando en actos mediáticos en compañía del jefe del Estado. Pero la verdad es que don Juan Carlos no tiene que pedir permiso a nadie para asistir como miembro que es de una casa reinante a un acto como la coronación de Carlos III, igual que no lo pidió para estar en París con el Nobel peruano, donde recibió tratamiento y honores de jefe de Estado y fue recibido por el mismísimo presidente de la República.
Juan Carlos I dijo al principio de aquel viaje que volvería pronto pero tras horas de conversación con su hijo en Palacio a puerta cerrada no ha regresado. Solo se vieron en Londres y Atenas, pero no en España, a pesar de que el emérito no tiene cuentas pendientes con los tribunales si exceptuamos el proceso por acoso al que se enfrenta en los tribunales británicos por la denuncia de su ex amante Corinna Larsen.
El emérito no obstante, está encantado con la presencia de su nieto Froilán en Abu Dabi, al que ha buscado un trabajo después del grito de socorro de la infanta Elena, que acudió a su padre tras la deriva que estaban llevando las continuas apariciones en los medios de su hijo, y no precisamente en actos institucionales o culturales.
Pero a pesar de contar con su nieto cerca y con las constantes visitas de amigos y otros familiares, como la infanta Cristina, a la que está ayudando y aconsejando en el proceso de divorcio de Iñaki Urdangarin, don Juan Carlos está encantado de salir del Golfo y tener algo de vida social, bien sea a funerales (a los que no podía faltar) o a actos tan bonitos como la llegada a la Academia Francesa de su amigo Mario Vargas Llosa en París.
Al margen de una comentada visita a España, que no se ha producido que sepamos, el rey Juan Carlos I podría regresar a España en los próximas semanas, su próxima parada podría ser en la ceremonia de coronación de Carlos III.
Han pasado 70 años de la última vez que el mundo asistió a un evento histórico como el que se avecina, cuando la difunta Isabel II fue coronada el 2 de junio de 1953. El Reino Unido, donde ya marchan a gran velocidad los preparativos de la solemne ceremonia de coronación de Carlos III en Westminster, será punto de encuentro no solo de las principales Casas Reales, incluida la española, sino de mandatarios de todo el planeta. Casi todo, porque Rusia y Putin no estarán.
Carlos III será bendecido, ungido y consagrado como nuevo soberano británico y su esposa Camilla será entronizada como reina consorte Camilla ente una audiencia descomunal. La presencia de don Juan Carlos en ese marco puede incluso beneficiarle de cara al juicio que tiene pendiente contra su ex amante, precisamente en Londres.
Mientras los británicos se debaten con sus propias incógnitas de cara a esta celebración, como si se producirá la asistencia del príncipe Harry y Meghan Markle, en España esperamos de nuevo esa foto de don Juan Carlos y su hijo.
Meghan y Harry
Ni la famosa entrevista de los Sussex en la televisión estadounidense, ni la serie de Netflix ni las polémicas memorias del príncipe Harry atacando a su familia han impedido a Carlos II invitar al matrimonio, que ha recibido la llamada para que asistan a la coronación, si bien ellos aún no han confirmado que vayan a ir.