En la regia corte de la Reina Isabel II se estilaban los regalos navideños graciositos, tal y como se muestra en la serie The Crown, que divertían y humanizaban a la familia real inglesa. La primera Navidad real con su familia política, en 2017, Meghan Markle ya se apuntó al cachondeo de palacio y regaló a su cuñado, el príncipe Guillermo, una cuchara con unas palabras grabadas que le acusaba de ser nada menos que un "asesino de cereales".
La reina Isabel, fallecida el pasado mes de septiembre, fue en contra del protocolo real al invitar a Meghan a unirse a la familia en Navidad antes de que la pareja se casara, y la actriz aporvechó para integrase con la tradición real de los obsequios novedosos.
El detalle se ha conocido ahora, y está recogido en informes de palacio y en la biografía sobre el Príncipe Harry y su esposa, Finding Freedom, escrita por Omid Scobie y Carolyn Durand, en la que relatan cómo Meghan barajó varias ideas para la ocasión durante esa primera Navidad como parte de la familia, y encontró algunas estupendas, como un hámster de juguete que cantaba y que amaba a los corgis para la reina. Sin embargo, el obsequio con el que triunfó fue la cuchara del "asesino" para el actual príncipe de Gales.
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En diciembre de 2017, Markle acababa de anunciar su compromiso con el Príncipe Harry y faltaban cinco meses para su matrimonio. La joven norteamericana estaba ansiosa por impresionar a Guillermo, preocupada por qué comprarle al futuro rey para Navidad.
Según la biografía, en aquella ocasión Guillermo quedó gratamente impresionado por el pequeño regalo de Markle, y la intérprete dejó una buena impresión esa Navidad, la primera que pasó con la familia real, al encajar perfectamente en la costumbre familiar de intercambiarse "regalos de broma baratos" para estas entrañables fiestas.
Según publica Mirror, entre los regalos para provocar carcajadas que se han hecho en la regia familia y que han trascendido se recuerda un pez lubina cantante para la reina, que estuvo exhibido con orgullo en Balmoral durante muchos años; un kit de "cultiva a tu propia novia" con el que Kate Middleton ridiculizó con "cariño" a su cuñado Harry en 2016, y el rey Carlos recibió la tapa de un asiento de inodoro de cuero, cortesía del ingenio perverso de su hermana, la princesa Ana.
Este año, los duques de Sussex han pasado las Navidades en EE.UU., y totalmente ausentes de las celebraciones festivas de la familia real, de la que siguen separados ya casi tres años después de "Megxit". Pese a haber acudido al largo funeral de la abuela de Harry, han ahondado más la distancia familiar por la escándalo suscitado en torno a la docuserie de Netflix Harry & Meghan, donde el matrimonio se victimiza constantemente por el "trato" recibido y critica abiertamente a sus allegados reales.
La familia real inglesa, sin Harry y Meghan, ha celebrado la Navidad asistiendo al completo a un servicio de villancicos en la Abadía de Westminster, en honor a la difunta reina Isabel II, organizado por la Princesa de Gales.
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