Froilán Marichalar Borbón y en menor medida su hermana Victoria Federica causan una erosión que no cesa a la imagen de la familia del Rey. Mientras que Felipe VI, la reina Letizia y sus hijas se esfuerzan por sostener la versión más pulcra y ejemplar de la Corona, los hijos de Jaime de Marichalar protagonizan un goteo de titulares que perjudican a la Institución, sometida como es lógico a un permanente escrutinio en todos y cada uno de sus actos públicos. ¿Hasta dónde va a llegar Froilán? ¿Qué es lo siguiente?
Si bien Froilán, Victoria Federica y su madre la infanta Elena no pertenecen a la Familia Real, formalmente, el mayor de los sobrinos del Monarca ocupa actualmente el cuarto lugar en la línea sucesoria al trono por detrás de sus primas carnales, la princesa de Asturias y la infanta Sofía, y de su madre, doña Elena.
La siguiente en la lista es Victoria Federica, que ha optado por convertir su vida en cualquier cosa menos en la discreción. Estrella de portada, objetivo de paparazzi, influencer y, al fin y al cabo, aprovechada de su apellido, parece que el dinero que recibe por sus actuaciones y el ego alimentado por su joven vanidad le compensan todos los inconvenientes de la empalagosa exposición a la que voluntariamente se somete constantemente.
La infanta y su ex marido no parecen ser capaces de controlar la conducta de sus dos hijos, ambos mayores de edad. Tampoco la abuela, la reina doña Sofía, ha podido meterles en vereda. Educar a Froilán, que tiene ya 24 años, nunca fue tarea fácil. Pero ahora es adulto. Su hermana, de 22, tampoco parece haber tomado un camino que ayude a la Corona o al menos no la perjudique.
La propia infanta ha protagonizado también en ciertas ocasiones momentos bochornosos que han trascendido a los medios. La hija mayor del rey Juan Carlos se encaró a finales de noviembre con reporteros que la seguían, exigiendo de mala manera que se dirigieran a ella como Doña Elena, un episodio que fue grabado y difundido en televisión. No olvidemos tampoco la indignación general contra ex mujer de Jaime de Marichalar y su hermana la infanta Cristina cuando en marzo de 2021, en lo peor de la pandemia, ambas se vacunaron contra el Covid mucho antes de que en España fuera posible hacerlo, haciendo uso del llamado turismo de vacunas y viajando a Emiratos Árabes para recibir el antídoto.
Este martes ha salido a la luz la enésima noticia sórdida relacionada con Froilán Marichalar, y no es ninguna tontería: una pelea con navajas a las tantas de la madrugada en una discoteca madrileña que acabó con un amigo del sobrino de Felipe VI en el hospital tras recibir una puñalada de 2,5 centímetros.
Froilán, cuarto en la línea sucesoria
El suceso en el que está salpicado Froilán llama a la reflexión: ¿debería plantearse de algún modo retirar a Froilán sus derechos sucesorios? Más allá de la complejidad jurídica de la operación, está un asunto tan importante como la erosión sufrida por Felipe VI y la institución. Es evidente que los Reyes huyen de todos estos escándalos, permanecen ajenos a todos estos escándalos, pero la Corona sufre inevitablemente los dardos de la opinión pública. No es asunto baladí.
La inacción puede ser una falta. Tal vez no baste con ignorar a los sobrinos caraduras que se aprovechan de sus apellidos para vivir una vida de excesos, buscar el dinero fácil y repetir cuando lo necesitan eso de "usted no sabe con quién está hablando". ¿No es asunto del Gobierno velar por la buena imagen de la Corona? ¿No debe Zarzuela proteger a la institución de estos jetas que quieren aprovecharse de los privilegios de ser borbones sin ser capaces de defender el apellido con un comportamiento digno alejado de los submundos que habitan el niñato y la niñata?
Si los escándalos de don Juan Carlos llevaron a Felipe VI a tomar contra su padre las medidas que todos conocemos, incluido en exilio voluntario del anterior Monarca en el golfo Pérsico, la retirada de su sueldo, y demás comunicados, lo de Victoria Federica y sobre todo lo de Froilán habría al menos que someterlo a debate.
Ya tenemos bastantes indeseables protagonistas del relato que daña la Monarquía con las Corinnas o el delincuente Urdangarin (otra cosa es su historia de amor con una mujer que no es la suya) como para sumar las sórdidas actuaciones de un Froilán que no es capaz de mantenerse al margen de los medios o mostrar algo parecido a un comportamiento ejemplar. Tampoco Victoria Federica puede ser calificada de sobrina ejemplar.
Por fortuna, los hijos de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin se sitúan en el lado opuesto a sus primos Marichalar, y sí demuestran los cuatro haber sido bien educados. Ellos han sido más bien víctimas del vergonzoso comportamiento de su padre y en ocasiones de su madre. Tal vez el injusto escarmiento recibido por los cachorros Urdangarin-Borbón, sin haber tenido la culpa de nada, les haya servido de acicate para centrarse, estudiar, ser amables con la prensa, y buscarse proyectos de vida basados en una sólida formación.