El próximo jueves 5 de octubre, Victoria de Marichalar se estrena como imagen de la firma de moda Hoss Intropia. Es su primer contrato publicitario serio con una empresa del sector, primicia que adelantó Informalia.
Los medios de prensa están convocados para la cita con la hija de la infanta, pero se les ha advertido que sólo será un posado en el photocall, no habrá preguntas (tampoco respuestas), y después Victoria recibirá en una sala contigua a sus amigas, sala a la que los periodistas no tendrán acceso.
Contrasta esta actitud de la nieta favorita del rey Juan Carlos con la espontaneidad y cercanía de Tamara Falcó, intensa e incuestionable protagonista de la actualidad en esta última semana. Pudiendo embolsarse una fortuna por sus declaraciones sobre la ruptura de su compromiso con Íñigo Onieva, Tamara ha optado por hablar con la prensa, alto, claro y sin cobrar un céntimo. Y lo ha hecho además sin tapujos, sin ocultar nada y dando todo lujo de detalles.
Contrasta también el distante comportamiento con los medios de Victoria Federica, con el de sus primos, los hijos de su tía Cristina e Iñaki Urdangarin, siempre educados y atentos con los que preguntan por temas tan delicados como la ruptura de sus padres.
Victoria y su hermano Froilán se están ganando la antipatía de la prensa, que los tacha de maleducados y prepotentes, algo que deben haber aprendido en su casa, a la vista del comportamiento de la infanta Elena hace unos días en la hípica, cuando exigió a una periodista que la llamara "Doña Elena", aunque ya no forma parte de la Familia Real. Eso sí, Elena es Familia del Rey y cuenta con ciertos privilegios, como el de contar con escoltas pagados con el dinero de todos los españoles.
Los que han visto de cerca a Victoria Marichalar en la trastienda de las distintas fiestas a las que acude aseguran que "trata mal" al personal de asistencia, desde camareros a los que trabajan en el evento. Su hermano Froilán también tiene fama de hosco y mal encarado.
De seguir así, poco recorrido tendrá esta joven, que aspira a ser una gran influencer o icono publicitario. Sólo faltaba que un día tuviéramos que llamarla "Doña Victoria".