Dos años después de su expatriación a Abu Dabi, el rey Juan Carlos pensaba pasar parte de este verano en España, una vez que han sido zanjados sus temas con la Agencia Tributaria y ha sido exonerado de otros asuntos judiciales.
Pero su estancia a mediados de mayo en Sanxenxo, donde fue recibido con enorme expectación y el cariño de sus compañeros de regata, molestó al Gobierno de Pedro Sánchez y sentó mal en Zarzuela, donde su hijo el rey Felipe VI le exigió que no volviera a España, de momento. El Emérito suspendió entonces su nueva cita con sus colegas regatistas, prevista para dos semanas después, y regresó a su exilio de Emiratos Árabes, con amargura y tristeza. "Os echo mucho de menos" es el mensaje que ha enviado estos días a la tripulación del Bribón, el barco de 6 metros con el que compite en las regatas, proclamado campeón del mundo en dos ocasiones.
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La nostalgia del rey Juan Carlos por su país y por su deporte favorito expresada en ese mensaje emocionó a su amigo Pedro Campos y al resto de la tripulación del Bribón. Ellos también le echan de menos y saben bien lo feliz que fue en el fin de semana que pasaron juntos en Galicia. Imaginan con pena su verano en Abu Dabi, donde el aire acondicionado de su lujosa villa le mantiene a salvo de los 50º a la sombra de temperatura ambiente, sin demasiados amigos cercanos, ni las comidas maravillosas que le prepararían los prestigiosos chefs españoles donde solía ser agasajado. Tampoco podrá disfrutar de una de sus grandes aficiones, los toros, en estas fechas repletas de citas que le encantan y a las que solía acudir con su hija la infanta Elena o sus nietos Froilán y Victoria Federica.
Mariano Rajoy
El ex presidente Mariano Rajoy comentaba este viernes que considera injusto el trato que se le está dando al que fue un buen Jefe del Estado, aunque haya cometido errores al final de su reinado. "¿Quién no los ha cometido también?", se preguntaba el político gallego, obviando que una cosa es un error y otra un delito, por muy prescrito que esté, o por muy exonerado que haya quedado el Emérito gracias a una inviolabilidad que es ley pero que no le libra de la vergüenza moral.
El caso es que las severísimas instrucciones de Felipe VI para impedir una nueva estancia de su padre en España borran toda posibilidad de que este verano volvamos a ver al rey en nuestro país, que es el suyo.
Sin embargo, en el entorno del Bribón tienen la esperanza de que don Juan Carlos participe el próximo setiembre en una regata de barcos de 6 metros, organizada en Cascais por Patrick Monteiro de Cardós, uno de los grandes amigos del antiguo monarca. Se trata de un importante magnate portugués, afincado en Nueva York, que conoce al Rey desde su juventud, y con el que siempre ha mantenido una estrecha relación, tanto personal como la que comparten por su afición al mar.
¿Quién puede impedir al rey emérito, de 84 años, viajar al país donde pasó su infancia y compartió el largo exilio de sus padres durante el mandado de Franco? Sería demasiado injusto, que se le prohibiera también pisar suelo portugués, sólo porque es un país vecino de España.
