El emérito acudió este sábado al pabellón municipal de Pontevedra para asistir al encuentro deportivo entre el Cisne y el Barça B, el equipo de balonmano en el que juega su hijo, Pablo Urdangarin. Don Juan Carlos llegó acompañado por unos escoltas a los que tuvo que llamar la atención para que le ayudaran a bajar los escalones de las gradas. ¿Cómo? Con un ligero bastonazo que ya ha recibido algunas críticas.
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Y es que la 'escapada' del emérito de Sanxenxo para ver a su nieto deportista se saldó con varias anécdotas: por un lado la del bastón, por otro el resbalón del rey al intentar levantarse de su asiento una vez finalizado el partido. Por fortuna sus amigos Pedro Campos y Pedro de Borbón Dos Sicilias fueron rápidos para sujetarlo y que la caída no tuviera peores consecuencias.
Este domingo, don Juan Carlos ha retomado su 'rutina' en Sanxenxo. A primera hora llegó al Real Club Náutico y ha vuelto a disfrutar a bordo del Bribón. Después de navegar, regresó al puerto y recibió una placa de agradecimiento por promocionar la vela y Sanxenxo y otra por la victoria de su categoría en la regata. Emocionado, ha declarado: "Gracias por vuestra presencia, de verdad".
Este lunes, el emérito viajará a Madrid para reencontrarse con gran parte de la familia, algunos que no ve desde que se marchara a Abu Dabi, hace 21 meses. "Espero muchos abrazos y ver a la familia, tengo muchas ganas de reencontrarme con todos ellos". Los detalles del encuentro no trascenderán pues Zarzuela lo considera de ámbito privado y, por tanto, no habrá información al respecto.
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