The Palace Papers, el nuevo libro de Tina Brown que ha aterrizado en el mercado, es un tsunami de anécdotas que nos acercan a los personajes más cautivadores de los Windsor: Diana de Gales, el príncipe Carlos, Camilla, Guillermo, Kate y Harry y Meghan. La autora, ex directora de Vanity Fair y The New Yorker, recorre los 25 últimos años de historia de la familia que más expectación genera en Reino Unido.
Brown firmó The Diana Chronicles, una saga sobre Buckingham y todo lo que se cocía en los pasillos de palacio. Ahora regresa al mundo editorial con este texto trufado de detalles que ayudan a componer un retrato más elaborado que los protagonistas de The Firm.
Carlos, en su perfil privado, no sale bien parado. Le dibuja de "vulnerable y egocéntrico". Señala Brown que Felipe de Edimburgo envió a su hijo mayor al austero internado de Gordonstoun (Escocia) porque veía que su hijo no tenía "madera de rey".
La autora relata las continuas peticiones que el príncipe hace a su servicio. Desde que le planchen los cordones de sus zapatos, hasta la marca preferida del papel higiénico que quiere en su baño. La autora presenta a su esposa, Camilla, como una mujer de gran fortaleza. En alguna ocasión cuando el príncipe ha solicitado al servicio una bebida, ella ha salido al paso: "Carlos, déjame servir el gin tonic".
El camillagate y el tampax
El heredero y Camilla siempre fueron amantes. Dice la autora que Diana conocía esta situación y que Parker-Bowles siempre fue "muy ordenada" en cuanto al sexo. A las filtraciones del camillagate le debemos aquella confesión del hijo de Isabel II a su novia cuando le dijo que quería ser su "tampax". Una revelación, que salió a luz y retumbó en todo el país. La escritora y periodista asegura en su libro que la princesa tenía una cara b y no había una persona más peligrosa que ella en un matrimonio sin amor. Diana tuvo después su momento venganza en la BBC al declarar el ya histórico "en mi matrimonio éramos tres, una multitud".
Emocionante es el pasaje que dedica a la hermana de la monarca. Un día Margarita le preguntó a la reina: "¿Estás reinando hoy, Lilibet?" Cuando falleció Margarita, en 2002, Isabel, alérgica a mostrar emociones, se derrumbó.
Carga contra el príncipe Andrés, cuando se refiere a él como "una máquina de sordidez". En los años en los aún vivía su padre, el príncipe Felipe, dice que era "un patán tolerado".
Sobre los duques de Cambridge, habla de su matrimonio feliz. Una unión de gran magnetismo social entre los británicos. Kate cae bien, sus tres hijos son adorables y ella sabe fotografiarlos como nadie. La autora aventura que si la relación se viniera abajo "todo el castillo de naipes de Windsor podría derrumbarse". Transgresora y faltona en su relato, confiesa: "¿El príncipe Guillermo? Hasta que perdió su pelo... probablemente era el galán más guapo heredero al trono".
Harry y Meghan dan mucho más juego en el libro. Son los "mutuamente adictos al drama". Revela la escritora que el príncipe no sabe que es famoso solo porque es príncipe. Los duques no consiguieron lo que querían de la familia Windsor y la consecuencia fue el Brexit de 2020. Tacha de "falsa" la entrevista de los duques a Oprah Winfrey. Y va aún más lejos al asegurar que los Sussex se lo han montado por su cuenta con Netflix.