"Me quiero llevar un amigo al cumple de la abuela", dicen a menudo las personas de 16 años cuando sus padres les proponen acudir a un evento familiar 'de mayores'. Podría ser el caso de Leonor, que asistió el pasado viernes con un joven moreno de pelo largo y rizado, con barba y una sudadera del colegio galés donde estudia, a la fiesta que le hicieron a Paloma Rocasolano por su 70 aniversario. El acompañante de la princesa se desplazó en la misma furgoneta que transportó a doña Letizia, Felipe y sus hijas hasta la casa de Telma Ortiz y su novio, en Madrid. Allí se dio cita buena parte de la familia, además del novio de la abuela. ¿Estamos ante la primera ilusión seria de la princesa de Asturias? Lo normal, en cualquier caso, es que a los 16 años revoloteen mariposas en el estómago.
Corrían los primeros días del otoño de 2020, cuando nos contaban que entre las paredes del palacio de la Zarzuela se veía a una princesa Leonor que pasaba la cuarentena pendiente del teléfono móvil, y que cuando hablaba, escuchaba, mandaba y recibía mensajes, y se la veía "llena de fascinación". También nos aseguraban que exteriorizaba sus sentimientos. La princesa vivía por entonces una cuarentena que la primogénita de Felipe VI y Letizia abandonaría días después de que el día 11 de septiembre se diera a conocer que había habido un positivo de coronavirus en su clase, en el colegio de Santa María de los Rosales. Leonor se hizo las pruebas y dio negativo, pero aun así, se mantuvo confinada. La Reina aseguró días después que su hija estaba "bien". Y tan bien.
La princesa de Asturias estaba por entonces a punto de cumplir 15 años y se rumoreó que, como cualquier persona de esa edad, había alguien con quien hablaba y sonreía. La heredera aún vivía en Zarzuela casa con sus padres y con su hermana, auténtica confidente de la princesa. Y hasta nos deslizaron que el origen del chascarrillo procedía del entorno de la infanta Sofía, cuyas íntimas del colegio conocían el secreto de Leonor, casi un secreto de Estado.
Meses después, ya en enero de este año, publicábamos que una compañera, desde dentro del centro galés donde estudia la hija mayor de los Reyes, iba contando en su entorno familiar que la princesa de Asturias había congeniado especialmente bien con un chico, según admitía otra estudiante cuya identidad nos pisió preservar pero que convive en el UWC Atlántic College y en el mismo curso que Leonor.
La primogénita del Monarca cumplió 16 años el pasado 31 de octubre, y lo raro sería que su Alteza no palpite de amor o algo parecido. Con apenas un año más, su madre ya conocía al hombre con el que se casaría una década después.
Antes de partir hacia Gales, en el inicio de este curso, Leonor ya había conocido a un chico al que, según decían algunos de sus compañeros, miraba y sonreía de una manera cómplice la primogénita de los reyes. De lo que no cabe duda es de que los amigos y la vida cotidiana de la princesa han cambiado en los últimos meses. Pero antes de viajar a las islas británicas conoció a algunos de sus compañeros del internado, fue el pasado 14 de julio. Aquel martes, los Reyes, junto a sus hijas, recibieron en La Zarzuela al Patronato de la Fundación Comité Español de los Colegios del Mundo Unido, institución a la que pertenece el centro en el que cursa bachillerato Su Alteza. Al acto acudieron 20 alumnos de la misma promoción que la princesa.
Durante el acto, la Heredera ejerció de anfitriona e invitada. Recibió a cada uno de los miembros del patronato y también a sus compañeros. Aquel día fue muy divertido. La princesa no se quitaba la sonrisa de su rostro y su padre le gastó una broma cuando se hizo el sorprendido al encontrarla en la fila con todos los demás alumnos. "¡Anda!", dijo Felipe VI a su hija entre risas mientras la señalaba con el dedo. La broma iluminó con más risas el rostro de su hija pero también provocó carcajadas del resto de asistentes.
Lo que nos cuentan es que el misterioso joven que al parecer bebe los vientos por nuestra bella princesa estaba allí, entre los que acudieron a la recepción. Los Reyes posaron en una foto de familia junto a los alumnos, incluida la princesa Leonor. La hermana mayor de la infanta Sofía habló con alguno de sus compañeros y hasta paseó en grupo con ellos de forma distendida por los exteriores del palacio.
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Sin embargo, todos los alumnos y alumnas que estuvieron en Zarzuela eran españoles. El joven galán, que fue descrito por una fuente como "alto, delgado y guapo", "no hablaba en español". Pero es que en Gales "todos hablan distintos idiomas, y no solo el inglés", nos matizaban. "No diré más", añadían, aunque no sin darnos una nueva pista de propina: "Tiene el pelo largo".
Tras el paréntesis navideño, Leonor de Borbón se incorporó a sus estudios en el Atlantic College, en Gales, para continuar el curso, hasta que ha regresado ahora por el Spring Break, que es más o menos la Semana Santa de los colegios españoles, aunque no coinciden las fechas exactamente.
Leonor ha dedicado parte de estas vacaciones a cumplir con su agenda institucional y solidaria. Pero por supuesto también ha sacado tiempo para estar con su familia. Entre sus actividades, se desvela este miércoles que ha estado en el 70 cumpleaños de su abuela materna, tal y como recoge Hola en un documento gráfico incontestable.
El amigo de la sudadera
En esta Semana Santa atípica para la Familia Real, no se han seguido las tradiciones de Pascua, como viajar a Mallorca para asistir a la Misa de Resurrección. Los movimientos de los distintos miembros de la familia se han repartido entre la capital balear, Madrid y Abu Dabi. La Reina Sofia sí disfrutó de la isla unos días, donde recibió la visita de su hijo. El pasado viernes se publicaba el posado del Rey Juan Carlos con sus hijas y sus nietos (los cuatro Urdangarin y Victoria de Marichalar). Casi a la vez que esto sucedía, los Reyes y sus hijas salían de Zarzuela fuera de agenda para asistir al 70 cumpleaños de Paloma Rocasolano.
La cita se celebró en Madrid, en Soto de la Moraleja, donde residen Telma Ortiz, sus dos hijas, y el abogado irlandés Robert Gavin Bonnar, ex de la cantante de The Corrs. Sabemos que asistió Marcus Brandler, novio de la homenajeada, que fue quien la llevó hasta su fiesta, siendo los últimos en llegar. En las imágenes del citado semanario vemos a los Reyes y a sus hijas cuando volvían a casa. Pero también se ve a Leonor, con un vestido de flores que estrenó la princesa en Mallorca el verano de 2020, de Sfera (y que costaba menos de 12 euros). Un modelo estampado de corte 'mini', caída recta y mangas con volumen, mezcla lunares y flores en tonos rojos y rosas.
Iba muy guapa. Pero es que a la celebración también acudió un invitado sorpresa, un joven desconocido que podría ser ese compañero de estudios de Leonor, porque viajó en la misma furgoneta (una Vito) y porque llevaba una sudadera con el logo del colegio y el castillo de San Donato dibujado a la espalda, con el nombre de Besse. El francés (Tony Besse) que aportó los fondos para comprar el castillo y la propiedad de St. Donat, lo que hizo posible la apertura del Atlantic College en 1962, hace sesenta años.
Solo ese corazón de 16 años, el de la princesa de Asturias, sabe cómo son sus latidos y cómo de sincronizados están con el corazón de ese galán. Puede que solo el valle de Glamorgan, a poco menos de 30 kilómetros de distancia de la ciudad de Cardiff, sea testigo de sus miradas. Otro testigo mudo de estos escarceos adolescentes si los hay será el castillo medieval que acoge a los estudiantes, llamado Saint-Donat. Cuántos amores habrán visto esas paredes que datan del siglo XII. Recordemos que 349 alumnos y alumnas comparten jornadas de estudios y diversión. Son estudiantes de 90 nacionalidades. Un crisol muy enriquecedor.
Amores adolescentes
No sabemos cómo gestionarán los padres de la futura reina la natural evolución de sus hijas pero, tanto si este rumor se confirmara como si no, sin duda en algún momento se enfrentarán como todos los padres a los cambios emocionales propios de la edad de la princesa. Ahora, con 16 años, en el internado UWC Atlántic College de Gales, la nieta de don Juan Carlos es una más; allí, salvo la presencia de los escoltas, no distinguen entre pobres y ricos, nobles o plebeyos, no existen distinciones ni enchufes. Y parece ser que nuestra heredera al trono de España se ha adaptado perfectamente a su nueva vida.