Es la mejor embajadora de una bebida que se está imponiendo poco a poco en los ambientes mas selectos de nuestra sociedad. La reina Letizia es adicta al kombucha, un té fermentado de origen chino que se prepara de manera artesanal y al que se atribuyen positivos efectos antioxidantes y energizantes.
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En la cena de entrega del Premio Planeta predicó con el ejemplo y pidió su bebida favorita, al igual que lo hizo el ministro de Cultura, Miguel Iceta, sentado al lado de nuestra reina. En China se conoce a la kombucha como bebida de la inmortalidad, elaborada con bacterias vivas, hongos, y levadura.
Dicen que tiene un impacto positivo en la salud intestinal, en el sistema inmunitario, ayuda a adelgazar, mejora el estado de las articulaciones y la salud mental y aumenta los niveles de energía. La esposa de Felipe VI suele comprar esta bebida a un supermercado ecológico de la madrileña plaza de Olavide. Y parece ser que tanto su marido como sus dos hijas la consumen habitualmente.