La princesa Leonor y la infanta Sofía son dos jóvenes con muchas inquietudes. Les encanta el deporte, la música y las artes escénicas. Pero además, son apasionadas de la cocina. Tanto es así que han asistido a talleres en los que han aprendido técnicas en los fogones que después intentan llevar a cabo en las cocinas de Zarzuela.
Los primeros pasos, al menos conocidos, de Leonor y Sofía en el mundo gastronómico fueron de la mano del gran chef Diego Guerrero, dueño de DSTAgE, restaurante madrileño con dos estrellas Michelin. Según contó Monarquía Confidencial, las hermanas acudieron en 2017 a uno de los talleres del chef, un curso de fin de semana en el que enseñaban a los jóvenes a crear diferentes platos.
Las elaboraciones que prepararon las hermanas fueron unos Minibabybel de camembert trufado, con aceite de trufa, nata, gelatina con cobertura de remolacha y goma 'gellán'; un tomate cherry curado en azucar con suave puré de cebollino; unas velas de chocolate blanco; y hasta un chocolate con churros al estilo de la casa.
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A buen seguro que el chocolate negro es uno de los ingredientes principales en los platos de Leonor, ya que es una de sus grandes pasiones. No obstante, su madre, la reina Letizia, trata de que sus hijas lleven una alimentación muy saludable. Incluso eliminó las grasas en el menú que se daba en el Colegio Los Rosales al que acuden las niñas.
Doña Letizia está encantada con el gusto de sus hijas por la cocina. Ella misma presumió de ello en el verano de 2019, durante su encuentro con el cocinero Martín Berasategui, en el Club Náutico de Palma de Mallorca. La Reina le contó al chef que a sus hijas les encantaba cocinar y que lo seguían en Masterchef. Berasategui les animó a seguir "practicando mucho y hacerlo con ilusión y cariño". Y parece que le han hecho caso, ya que en este tiempo de pandemia, con tanto tiempo libre, Leonor y Sofía han pasado muchas horas entre los fogones de palacio.