Industria

Bouwen suma la construcción industrializada a defensa y aeroespacial para crecer fuera del automóvil

Bernardo Cebolla, socio fundador de Bouwen.

Ángel C. Álvarez
Valencia,

El grupo empresarial Bouwen, que nació en 2010 a partir de unos ingenieros valencianos que tras trabajar para Ford en Alemania decidieron volver a casa, tiene claro que su futuro pasa por la reindustrialización. Pese a que su principal compañía es una ingeniería, Itera, su estrategia en los últimos años se ha centrado en saltar a la producción con la incorporación de fábricas especializadas y en diversificarse más allá del automóvil.

Precisamente dentro de esa estrategia Bouwen cerró recientemente la compra de Comet, una ingeniería especializada en el sector aeronáutico y aeroespacial. "Llevábamos varios años intentando implantarnos en ese segmento. Cuando como nosotros vienes del sector ferroviario y de la automoción, tienes muchísimo conocimiento pero no tienes un histórico en ese sector. Nosotros queríamos estar ya y acelerar todo ese proceso. Pero lo más importante fue que al investigar nos dimos cuenta de que había una empresa valenciana como nosotros", explica Bernardo Cebolla, de Bouwen.

El grupo que concentra algo más del 65% de su facturación en el automóvil considera que el aeroespacial es una de las oportunidades de mayor auge por la importancia de las telecomunicaciones satelitales y el desarrollo de las nuevas constelaciones de satélites. "Europa no puede quedar atrás en esa carrera y no podemos depender de terceros", subraya Cebolla. "La independencia tecnológica em satélites tiene muchísima importancia en un mundo en que estamos digitalizados completamente, no sólo en defensa", asegura.

De hecho, defensa es otro de los segmentos en que lleva tiempo intentando también posicionarse, antes de que surgiera la fiebre por el rearme. Itera de hecho ha trabajado en un proyecto para uno de los blindados que General Dynamics ha presentado directamente y ahora con Comet, con proyectos con Airbus, la Agencia Espacial Europea u Open Cosmos, suman sinergias para un sector que prevé disparar su gasto en Europa.

Además Comet le aporta una instalación en el aeropuerto de Castellón que se plantea reforzar para abarcar producto propio, en línea con su estrategia de se salto industrial. "Nosotros diversificamos desde la ingeniería y primero pasamos a la parte de lo que eran aplicaciones industriales. Empezamos con la parte de maquinaria y luego nos pasamos a la automatización de procesos generales. Y hemos acabado en la producción, sobre todo porque nos aporta volumen, porque cuando trabajas producto los volúmenes de facturación son muchísimo más grandes siempre que en esas otras líneas".

Fábricas de paredes

La otra actividad donde ve una gran oportunidad de llevar su conocimiento es la construcción industrializada, donde ya tiene experiencia. El grupo trabajó con Porcelanosa para el desarrollo de su fábrica de baños modulares industrializados y también trabaja con otro cliente en un proyecto de una línea industrializada para fabricación de paredes para un cliente.

"Cada vez existe menos mano de obra y para ciertas tipologías de construcciones mucho más estandarizada, estas soluciones permiten cubrir las producciones que necesita el sector", comenta Cebolla, que apunta que va en la línea del proyecto de la Ciudad Industrial de la Construcción anunciada por Pedro Sánchez en la ZAL de Valencia. En su caso, Bouwen está desarrollando internamente un proyecto para ver de qué forma aplicarlo, para lo que se plantea buscar un socio del sector, ya del ámbito promotor o de la tecnología y materiales de construcción.

Fibra de carbono valenciana

Precisamente el grupo fundado por Bernardo junto a su hermano Jordi espera impulsar este año la actividad de una de sus empresas productivas, Prenso, que ha instalado una fábrica de composites de fibra de carbono en Sollana (Valencia) con la que dar servicio a sectores tan diferentes como en los que está presente o incluso otros nuevos que hasta ahora no se lo planteaban por costes.

Así, en el caso de la movilidad ya tiene previsto proveer componentes a motocicletas eléctricas y trabaja en proyectos de I+D para piezas de bicicletas, un mercado donde la reducción del peso marca que los precios se disparen. Pero también para locomotoras o incluso el calzado, donde analiza componentes para los zapatos femeninos de gama alta.

Según el responsable de Bouwen, "la diversificación ya la hemos realizado y ahora lo que tenemos es que dotarla de músculo a la hora de poder desarrollar los proyectos que actualmente tenemos".

Parón en el automóvil y Ford

La diversificación es esencial para Bouwen ante la situación que vive la industria europea del automóvil. "Nos toca sobre todo en la parte de ingeniería porque muchísimos de los proyectos de nuevos lanzamientos han sido congelados o retrasados", reconoce Cebolla, que también matiza que hay claroscuros, como el caso del mercado de gama alta que no ha sufrido tanto el impacto.

La compañía que en los últimos años ha dado el salto a Reino Unido y Estados Unidos y prevé entrar en México con Hidragrup, su filial que fabrica maquinaria a medida, ha tenido que dejar el país donde nació, Alemania. "La competencia en Alemania es tan feroz por la falta de nuevos lanzamientos que las grandes ingenierías dejan poco hueco a que las ingenierías tipo boutique como nosotros", relata.

A la espera de Ford

Precisamente la planta de Ford en Almussafes, en su momento productivo más bajo en décadas, es uno de sus grandes clientes. "Todos nos estamos preparando para la asignación a los proveedores del nuevo modelo y en el momento que se realice intentaremos ser también uno de los socios importantes para poder ayudarles a desarrollarlo o a lanzar el proyecto. desde 2010 hemos sido la ingeniería que ha colaborado con ellos en la fase de lanzamiento de nuevos vehículos", comenta Cebolla.

Las dificultades del automóvil alemán, uno de los grandes referentes europeos, es un aviso claro del problema industrial de Europa. "La desindustrialización no ha sido solamente por parte de Estados Unidos, en Europa hemos sufrido una muy paulatina, pero importantísima a la hora de desplazar toda nuestra cadena de suministros a países asiáticos, fundamentalmente China". Un país en el que descarta entrar por las diferencias culturales.

"Perdimos mucho conocimiento y ventaja competitiva, tenemos que ponernos las pilas para competir" comenta, a la vez que alerta sobre los riesgos y oportunidades en el Norte de África, donde en contraposición a los aranceles de Trump se están enfocando muchos fabricantes europeos tras que las ventajas competitivas de los países del Este se hayan agotado.