Industria

Un enjambre de drones tripulados por una nave nodriza: así dominará los cielos el futuro caza F-47 de EEUU

El presidente de EEUU, Donald Trump, presenta el proyecto del F-47 / Carlos Barria /Reuters.

Julio De Manuel Écija

Donald Trump, presidente de Estados Unidos, anunció la semana pasada que Boeing desarrollará el próximo caza de sexta generación de las fuerzas aéreas estadounidenses: el F-47. Esta nueva aeronave sustituirá a los F-22 Raptor desarrollados por Lockheed Martin y su propósito es que estén listos para finales de la década. El objetivo es que el F-47 goce de mayor autonomía aérea que sus hermanos y suponga un rival para los últimos desarrollos armamentísticos procedentes de China. Su principal característica es que actuará como centro neurálgico de flotas de drones mediante inteligencia artificial.

Primer caza de sexta generación

El F-47 será un avión de superioridad aérea: un caza de combate especializado en derribar otras aeronaves y tomar el control de los cielos. Será desarrollado bajo el programa de dominio aéreo (NGAD en inglés) de las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos. El proyecto consiste en la construcción de una flota compuesta por un caza tripulado por un piloto junto a un escuadrón de drones de combate. El objetivo es que el F-47 administre los drones mediante inteligencia artificial en mitad de una refriega.

El caza de Boeing actuará como nave nodriza o "buque insignia" del proyecto, que se verá complementado con otras aeronaves de apoyo y conexiones con satélites de órbita baja, similares a los utilizados por Starlink. El Pentágono quiere que el F-47 sea el caza más "rápido, sigiloso y letal del planeta" con un solo objetivo, China, y un escenario, el Indopacífico.

Sobre el proyecto se conocen pocos detalles más allá de la pompa con la que Trump y el resto de miembros del Departamento de Defensa anunciaron el proyecto en la Casa Blanca. El coste estimado del programa es de 20.000 millones de dólares (18.800 millones de euros) y el objetivo es que el prototipo esté listo para 2029.

Son plazos muy ajustados para la ambición del programa, que depende de varios contratistas. Según medios especializados estadounidenses, General Atomics y Anduril cuentan con drones en estado avanzado que podrían ser los candidatos del NGAD. No obstante, de momento no está cerrada la interoperabilidad del programa.

La F-amilia

Con la entrada de los F-47, el Ejército estadounidense irá paulatinamente desplazando sus aeronaves anteriores. El objetivo es jubilar los F-22 Raptor, introducido a principios de siglo, que supuso, entonces, el caza de superioridad aérea más avanzado de EEUU. No obstante, su alto coste y la versatilidad del F-35 Lightning II lanzado poco después han desplazado su producción. Ambos cazas son producidos por la misma compañía: Lockheed Martin, que ha dominado hasta ahora los contratos aéreos norteamericanos en las últimas décadas.

F-22 Raptor / Lockheed Martin.

Aunque Boeing construirá los nuevos F-47, es improbable que estos supongan un éxito comercial más allá de las fronteras estadounidenses. El propio Trump ha advertido que, de venderse a aliados, irán con capacidades limitadas. Por otra parte, los propios ejércitos de la OTAN están buscando desarrollar sus propios aviones ante la desconfianza y la ruptura de relaciones comerciales y militares con Washington.

China escala cada vez más alto

Los proyectos aéreos de Estados Unidos tuvieron tradicionalmente un rival en la cabeza: la URSS. Los cazas norteamericanos como el F-14 Tomcat o el F-18 Hornet (todavía usados por algunos países) tenían el objetivo de derrotar los programas soviéticos aéreos MiG y Sukhoi, como el MiG-29 o el Su-25. Ambas familias de aeronaves dominaron los cielos durante la Guerra Fría.

Con el nuevo siglo, las prioridades militares de Estados Unidos han virado a China. Pekín está invirtiendo enormes cantidades de dinero en modernizar el Ejército Popular. El Chengdu J-20 es un avión furtivo de quinta generación introducido hace dos décadas que rivaliza con el F-35 norteamericano, mientras que se encuentra en desarrollo el Shenyang J-31 Gerifalte, un caza aeronaval de generación 5+ (más avanzado).