Industria

Navantia comienza la construcción de una nueva corbeta para Arabia Saudí en San Fernando

  • Supone el séptimo buque que el astillero fabrica para la Armada saudí
  • Representa el principal proyecto industrial de la bahía de Cádiz
  • La entrada de STC en Telefónica pudo ayudar a cerrar el contrato
Corbeta de la clase Al Jubail realizando pruebas en la bahía de Cádiz en una fotografía de archivo / Europa Press.

Julio De Manuel Écija

El astillero de San Fernando (Cádiz) ha acogido el corte de chapa de la segunda corbeta que está construyendo Navantia para la Real Armada de Arabia Saudí. Este acto simbólico, al que han acudido representantes de la fuerza naval árabe, establece el comienzo oficial del ensamblaje de un buque. El proyecto completo estima la entrega de tres corbetas, la última en 2028. Este contrato implica la segunda serie firmada con el Reino del Desierto, tras botar cinco buques construidos también en los astilleros gaditanos.

Aunque no hay datos oficiales, las estimaciones del contrato oscilan en torno a los 1.000 millones de euros. El primer contrato se firmó por 2.000 millones de euros. Navantia sí que ha anunciado que el proyecto generará 2.000 empleos en la Bahía de Cádiz, lo que lo convierte en el principal proyecto industrial de la zona, una de las más castigadas por el desempleo.

Buques de defensa costera

Las corbetas o bricbarcas son buques de guerra a caballo entre una patrullera y una fragata. Sus funciones principales son la escolta de buques mercantes y la defensa costera, así como misiones de exploración. Las corbetas que está construyendo Navantia se basan en el diseño Avante 2200, un buque polivalente pensado para misiones de vigilancia y control del tráfico marítimo; búsqueda y rescate, y asistencia a otros navíos.

A diferencia de los proyectos llave en mano, Navantia realizará una construcción mixta. La segunda y la tercera corbeta terminarán de ensamblarse en Arabia Saudí, de manera similar al anterior contrato. El encargo incluye el suministro de un paquete de apoyo logístico integrado y la formación de las tripulaciones, junto con un periodo de evaluación operativa de los buques por parte de la Armada en la base naval de Rota, donde Navantia ofrecerá servicios de apoyo. Además, el astillero español formará a un centenar de ingenieros saudíes.

Arabia Saudí quiere aumentar su presencia en el mar Rojo debido a dos importantes fuentes de inestabilidad: por un lado, los asaltos hutíes (apoyados por Irán y enemigos de Riad), que bloquearon el comercio marítimo en la zona hasta que se firmó el alto el fuego. Por otro lado, el aumento de las milicias rebeldes y piratas en el antiguo estado de Somalia, ahora dividido en varias taifas que son de facto autónomas.

La relación de Navantia y Telefónica

Nada es casualidad en el mundo de los negocios. La firma definitiva del contrato de las nuevas corbetas coincidió con la entrada en varias fases de STC, principal operadora saudí controlada por Riad, en el accionariado de Telefónica. En principio, ambos acuerdos son independientes, pero desde las primeras negociaciones entre Madrid y Riad, han circulado rumores no confirmados de que el Ejecutivo español permitió la operación a cambio de un nuevo contrato con la Armada saudí.

Las condiciones específicas del acceso de STC al accionariado han sido ocultadas y la operadora saudí tardó un año en oficializar la petición para incrementar su peso en el accionariado de Telefónica. En un primer momento, adquirió el 4,9% en el mercado. No obstante, STC necesitaba la autorización explícita del Gobierno para incrementar su participación hasta el 9,9% al ser Telefónica una empresa estratégica.

El Ejecutivo español anunció como respuesta la vuelta al accionariado de Telefónica y la compra del 10% del capital social de la teleco española. Sin embargo, durante meses no se supo nada de la petición de STC para ampliar su peso en el accionariado hasta mediados del año pasado, que finalmente fue autorizada.