Industria

La filial española del grupo japonés UBE deja atrás las pérdidas pese a la mayor competencia china

Iñaki Iglesias, presidente de UBE Corporation Europe.

Ángel C. Álvarez
Valencia,

UBE Corporation Europe, la división química del grupo japonés UBE en Europa que concentra su producción y su sede en su complejo de Castellón, consiguió dejar atrás los números rojos en su último ejercicio, cerrado el pasado 30 de marzo. La filial española logró un resultado neto de 3,8 millones de euros, frente a las pérdidas de 11 millones de euros del año anterior.

Pese a esa mejora, la compañía española, que produce fundamentalmente compuestos caprolactama, nylon y poliamidas para sectores que abarcan desde la agricultura a industrias como el automóvil o el plástico, apunta que su rentabilidad y su negocio aún están por debajo de lo habitual.

Según explicó su presidente, Iñaki Iglesias, en el caso de la facturación después de un año anterior marcado por la inflación y la fuerte subida de las materias primas y la energía, su volumen descendió a los 467 millones de euros, casi un 25% menos. Con todo, el grupo destaca que en ventas unitarias sus cifras mejoraron en todas las líneas de negocio, aunque no se vea reflejada por la inflación de precios del año anterior.

Iglesias destacó que pese a que la recuperación de la demanda fue menor de la esperada, la filial de Castellón logró mejorar su operativa y su productividad, lo que incidió en la vuelta al beneficio. En esa línea, cifró en 15 millones de euros las inversiones realizadas el año pasado, la mayoría destinadas a mejora de la eficiencia energética de la plana ubicada junto a la refinería de Castellón. Según explicó, la compañía ha superado su meta de mejora en la intensidad energética del 40% para ese mismo año, alcanzando una mejora del 48% al cierre del ejercicio 2023.

Uno de los factores de que la filial europea de UBE ha sido la caída de la demanda de China, el principal productor de caprolactama y derivados similares a los que produce en España. El menor consumo interno ha llevado a los fabricantes chinos a buscar otros mercados para su producto a menores costes, lo que ha afectado especialmente a Latinoamérica. Frente al bloqueo a sus productos en Norteamérica, los grupos chinos se han focalizado en los países del sur del continente, precisamente una de las zonas de expansión de UBE Corporation Europe.

Para este año Iglesias apuntó unas expectativas mejores que en 2023, aunque aún lejos de los niveles de años anteriores a la crisis inflacionista. El grupo también está trabajando en su plan inversor para el trienio 2025-2027, tras la inversión de 60 millones en el plan anterior.

Interés en el amoníaco verde

Precisamente en un momento en que varios promotores están tramitando nuevos proyectos para convertir Castellón en un polo de energías renovables en base al hidrógeno verde y el amoníaco verde, Iglesias mostró el interés de UBE por este segundo proyecto. "Somos importadores de ese producto y para nosotros tiene mucho interés poder tener un fabricante muy cerca, al que pudiéramos estar conectado directamente por tubería", comentó.

El grupo Ignis cuenta con un proyecto muy cerca de la propia planta de UBE para construir una planta con capacidad para producir hasta 861.000 toneladas al año de amoníaco verde. Una instalación sumada también a otra de hidrógeno verde para la que Ignis estima una inversión de 1.425 millones de euros.

Esas instalaciones serán prácticamente vecinas de la actual refinería de BP, que también tiene previsto acometer una inversión de 2.000 millones de euros para producir hidrógeno y biocombustibles en sus instalaciones. En el caso del hidrógeno verde, UBE no lo plantea como una alternativa para su consumo energético de futuro, según explicó Iglesias, que señaló que de todas formas seguían con atención también ese proyecto.