Arcelormittal y Celsa ceden producción en 2023 frente a las acereras chinas
- Asia vuelve a dominar el mercado: tiene 18 de las mayores 20 siderúrgicas
- Arcelormittal se mantiene en segunda posición y Celsa cae del puesto 64 al número 67
Carles Huguet
Barcelona,
El mundo del acero vuelve a estar, un año más, dominado por las grandes siderúrgicas asiáticas. La teórica petición del Gobierno chino a las productoras de su país para reducir la actividad ante un exceso de oferta no se deja notar y el gigante asiático coloca hasta a 11 compañías entre las 20 que mayor número de toneladas sacaron al mercado en 2023. Arcelormittal se mantiene en segunda posición, aunque a años luz del gigante China Baowu Group, y Celsa pierde tres puestos en una campaña marcada por la guerra accionarial entre la familia Rubiralta y los fondos acreedores.
La patronal mundial del sector, World Steel, ha hecho pública la clasificación de las principales acereras del planeta. El ránquing tiene un color claramente asiático, con apenas cinco compañías europeas (dos rusas) entre las cincuenta primeras y solo seis americanas (cuatro estadounidenses, una brasileña y una argentina). La atonía occidental contrasta con la pujanza de Oriente.
El gigante europeo Arcelormittal resistió en la segunda posición a pesar de bajar de las 68,89 millones de toneladas de 2022 a las 68,52 millones de toneladas de 2023. El líder, China Baowu Group también recortó su producción desde 131,84 millones de toneladas a 130,77 millones de toneladas. Prácticamente el doble que su competidor con sede en Luxemburgo.
Durante el año, la firma centroeuropea, que cuenta con una amplia presencia en España, ya advirtió de las dificultades que arrastraba. De hecho, cerró el ejercicio con una caída del beneficio del 90% -impactada por el accidente en la mina de carbón Konstenko, en Kazajistán, y un deterioro acometido en Acciaierie d'Italia, la planta que comparte con el Gobierno italiano en Tarento-. Además, rebajó los ingresos desde los 79.844 millones de dólares (74.096 millones de euros, según el cambio del momento) hasta los 68.275 millones de dólares (63.360 millones de euros), una reducción del 14,5%.
Celsa, por su parte, sí cede tres posiciones en un año al caer desde el puesto 64 al número 67. Sin embargo, la compañía incrementó la producción desde 5,52 millones de toneladas hasta 5,61 millones de toneladas. No fue suficiente y fue adelantada por dos siderúrgicas chinas y una turca.
En la campaña 2023, marcada por el conflicto judicial entre la familia Rubiralta y los fondos acreedores –que, a la postre, terminarían quedándose con la organización- el resultado neto hubiese sido negativo en 918 millones; una cifra que saltó hasta los +459 millones con la capitalización de la deuda acometida. No obstante, las ventas cayeron desde 6.100 millones hasta los 4.765 millones de euros, el 22% menos.
El comportamiento del resto de grandes firmas europeas (excluyendo Rusia) fue dispar. La alemana Thyssenkrupp, por ejemplo, subió del puesto 41 al 43 con un incremento de la producción desde las 9,93 millones de toneladas a las 10,35 millones de toneladas. SSAB Sweden escaló de 7,29 millones de toneladas a 7,78 millones de toneladas, por lo que saltó de la posición 53 a la 48. Voestalpine Group Austria, en cambio, perdió cuatro lugares (del 51 al 55) al pasar de 7,42 toneladas producidas a 7,1 toneladas.
Pese a las excepciones, la clasificación vuelve a estar un año más dominadas por las empresas asiáticas. De las 50 primeras, 28 organizaciones son chinas, dos son japonesas, dos son surcoreanas, cuatro son indias y una es iraní. En total, 37 sobre medio centenar con un dominio claro del acero chino.
¿Por qué manda China?
China vuelve a gobernar la clasificación en una tendencia marcada desde inicios de siglo, desde cuando ha incrementado su producción alrededor del 700% y ha saltado de ser el responsable del 15% del acero del mundo a superar el 50%. El Gobierno del país pidió rebajar la actividad al sector y al cierre del año pasado decía haber recortado la producción un 15%, a niveles de 2017. Sin embargo, los datos hechos públicos por la administración sembraron dudas. "No nos creemos las cifras", decía Colin Hamilton, analista de BMO Capital Markets, al Financial Times.
De hecho, las grandes empresas del sector han denunciado repetidamente que el mercado está inundado por el material chino, subsidiado por el Estado, que desploma los precios competitivos. Aunque en el segmento del acero inoxidable, Acerinox ya tuvo que cerrar su planta de Malasia por el exceso de oferta en la región a un coste con el que no podía competir.
Y es que el sector siderúrgico se convirtió en estratégico para el país con la intención de desarrollar sus grandes ciudades que acogían a los habitantes procedentes de la China rural. Sin embargo, el sector inmobiliario del gigante asiático no pasa desde hace años por su mejor momento, por lo que las grandes plantas aceleraron en sus exportaciones para no perder la parte del PIB que les corresponde. Ni los aranceles impuestos por la Unión Europea y Estados Unidos han podido hasta el momento con el fenómeno.
Para el futuro, incertidumbre. China mantiene su política de crecimiento económico a pesar del bajo nivel de gasto del ciudadano chino y el exceso de capacidad que desploma las pérdidas. Está por ver si la exportación y el crecimiento del sudeste asiático podría compensar el freno o implica incluso una mayor competencia por parte de los productores locales.
Por el momento, el presidente de China Baowu Steel Group avisó de que el "invierno" del sector será "más largo, más frío y más difícil de lo esperado".