Una solución para Celsa: tres novias españolas y un 'plan B' europeo
- Sidenor emerge como favorita por las presiones del PNV al Gobierno
- Las dificultades del acero rebajarán el interés de posibles interesados
Carles Huguet
Barcelona,
Los fondos acreedores ya saben qué deben hacer para quedarse con Celsa. Más allá de garantizar el empleo y la continuidad de las fábricas del grupo en España, su principal reto es encontrar un inversor industrial que se haga con el 20% de la siderúrgica. En un contexto de caídas generalizadas en el sector del acero, no se espera euforia en el mercado para hacerse con el paquete. Y más teniendo en cuenta la españolidad exigida por el Gobierno para el inversor. De hecho, apenas tres nombres figuran en la lista de futuribles. Son Sidenor, que parte como favorita; CL Grupo Industrial y Megasa. Fuera de la terna, eso sí, hay un plan B: abrir el melón de las filiales en el país de grupos internacionales como ArcelorMittal.
La carrera por la participación en Celsa se espera larga. Una vez recibida la solicitud de autorización, Industria tendrá tres meses para pronunciarse. Y no será hasta entonces cuando se articule un proceso que durará al menos medio año. Si para verano hay fumata blanca será un éxito, sostienen algunas fuentes implicadas.
¿Quién podría hacerse con Celsa? Los candidatos son pocos. El favorito no obstante es el grupo vasco Sidenor, que históricamente abogó por la concentración del sector siderúrgico en el territorio. A nadie se le escapa que el futuro de la compañía catalana dependerá de una decisión política y el Gobierno vasco, encabezado por el PNV –cuyos votos son claves para sacar adelante la investidura y mayoría de políticas de Pedro Sánchez-, ya ha dejado claro su interés por que el inversor sea vasco.
Sidenor además apenas está endeudada, aunque su cifra de negocio fue de 1.067 millones y su Ebitda alcanzó los 103 millones en 2022. En el mismo año, la organización de la familia Rubiralta facturó 6.084 millones y el resultado de explotación fue de 867 millones, por lo que la firma vasca deberá acudir con total seguridad a financiación externa para una operación que podría alcanzar los 800 millones.
El acero europeo no pasa por su mejor momento tras dos años extraordinarios: cae la demanda y sube la competencia turca y china
El grupo además está inmerso en el proceso de descarbonización acometido también por Celsa, con el uso de hornos eléctricos, por lo que tendría todavía más sentido la operación.
Tras Sidenor emergen Grupo Industrial CL –propietarios de Siderúrgica Balboa-, un conglomerado con una facturación acumulada de 2.300 millones y una importante huella en Cataluña, y la gallega Megasa, que ya sabe lo que es adquirir plantas en España, pues en 2016 se hizo con el centro de ArcelorMittal en Zaragoza. La firma coruñesa vendió por valor de 2.228,3 millones y tuvo un Ebitda de 371,8 millones el año pasado. Tiene además presencia en Portugal, por lo que ya sabe lo que es internacionalizarse.
Poco más cumple con los requisitos del Gobierno en el sector, a no ser que industrias colindantes como la del acero inoxidable o el aluminio pudiesen aspirar a expandirse. Entonces firmas como Acerinox o Alibérica podrían entrar en las quinielas. Menos probable incluso parece que empresas de ingeniería o infraestructuras como Sacyr o Acciona pudiesen interesarse.
Y es que el segmento de los productos largos de acero no pasa por su mejor momento. A una desaceleración generalizada, provocada por la caída del sector inmobiliario y el parón de economías como la alemana, se une la entrada masiva de artículos extracomunitarios: hojalata procedente de China y alambrón de Turquía, lo que hace todavía más difícil ganar dinero en la industria.
Más cuando los precios de la energía todavía son altos y la demanda se ha normalizado tras la escalada del coronavirus. "Si este procedimiento hubiese sido hace un año, el interés hubiera sido mucho mayor", sostienen en el sector. El sentir general es que muchas empresas tienen que hacer los deberes a nivel interno antes de lanzarse a una adquisición de este tamaño. Y si lo hacen podría ser una operación más defensiva, para evitar que un competidor gane cuota de mercado, que para crecer.
Otra cosa será, eso sí, lo que digan las autoridades de competencia europeas.
El 'plan B': una empresa europea con presencia en España
Por ello, en la industria nadie descarta que los fondos y el Ministerio de Industria se hayan guardado un plan B. Y donde en un primer momento decían "inversor español" en unos meses digan "inversor europeo con presencia en España" Aquí todos los ojos se ponen en ArcelorMittal, un conglomerado siderúrgico que además tiene origen español en una de las múltiples compañías que ha ido aglutinando.
La firma con sede en Luxemburgo es el segundo mayor productor de acero del planeta y por músculo no será. Hace semanas los bancos de inversión y analistas le situaron como opción para quedarse US Steel con una propuesta que rondaría los 7.000 millones de dólares. En 2022, la compañía facturó 74.398 millones de euros y tuvo un beneficio neto de 8.667 millones.
Otras compañías que han podido sonar: la belgofracesa Aperam o RIVA Group, propietaria de Siderúrgica Sevillana.