Firmas

Las pensiones: la mayor mentira de España


    Joaquín Gómez

    A la gente que más quiero les repito que la vida enseña con los años que la felicidad consiste en la aceptación positiva de todo lo que nos rodea. Una práctica condescendencia hacia los problemas de raíz que sirve para reducir la beligerancia.

    Pero esta tranquilidad no es suficiente para renunciar permanentemente a denunciar el principal problema de la sociedad española, y no nombrado en todas esas encuestas del CIS que ponen el foco en temas de índole económico (paro, corrupción, sanidad, Catalunya...).

    Un atolladero que asoma a la vuelta de la esquina: la insostenibilidad fraudulenta del actual sistema público de pensiones, quebrado en el más corto que medio plazo. Su abordaje, valiente y responsable, debería obligar a medidas de sacrificio inmediatas aunque impopulares.

    A la gran mentira de la sociedad española contribuyen todos los partidos políticos con su silencio, al utilizar el clientelismo electoral como medida de su conciencia. Al jubilado actual, y al que lo va a ser en próximas fechas, hay que decirle que la pensión pública debe converger hacia las mínimas, y por eso es prioritario complementar el sistema actual con ahorro privado.

    Pero cómo se va a plantear la sociedad el problema, si los pocos que conocen lo que está ocurriendo se meten en la calculadora que la Seguridad Social tiene para hacer las estimaciones de lo que te va a quedar de pensión, y se encuentran que los genios actuariales que la han hecho te dicen que vas a mejorar tu poder adquisitivo. Es el milagro de Fátima (de Fátima Báñez), que para más inri nos anunció que iba a mandar a todos aquellos que enfilaran la segunda parte de su carrera profesional una carta para que fueran conociendo qué les iba a quedar de pensión, y ahora la misiva trata de olvidarse.

    De la anunciación llevamos en torno a mil días de retraso. ¡Qué nadie se entere del problema! Mejor que los españolitos sigan dedicando dos semanas al año a planificar sus vacaciones, y nada de tiempo a su jubilación.