Firmas

Prorrogar los presupuestos no es una opción

  • Parte del esfuerzo fiscal para las cuentas de 2017 ya está hecho

Francisco de la Torre Díaz

La economía y también la política son algo más que la contabilidad. Por supuesto, si se prescinde de la contabilidad, la economía se convierte en pura fantasía, y la política económica en demagogia. Sin embargo, para hacer política económica es preciso hacer mucho más que cuadrar las cuentas a cualquier precio. Por esa razón, si el Gobierno del PP se resigna a no presentar unos presupuestos, estará optando por no hacer ningún tipo de política. Eso sí, España cumpliría los objetivos de déficit, la contabilidad que nos pide Bruselas, pero sería un fracaso político de primera magnitud. Una cuestión es pactar las políticas, como hizo el PP cuando pactó la investidura en su acuerdo de investidura. Otra cuestión muy distinta es que el Gobierno de Rajoy se haga prisionero del pasado y se resigne a ser prisionero del pasado con la prórroga presupuestaria.

Evidentemente, pactar los presupuestos con la actual coyuntura política no es sencillo. Además, estos presupuestos tienen el ambicioso objetivo de reducir el déficit en 16.000 millones de euros, para pasar el déficit desde el 4,6% hasta el 3,1% del PIB. Ahora bien, parte del esfuerzo ya está hecho. Por una parte, el PP y el PSOE pactaron una importante subida de impuestos y cotizaciones sociales, fundamentalmente a las empresas, pero también a los consumidores, trabajadores y autónomos, en el Decreto Ley de Medidas Fiscales.

Mi partido, Ciudadanos, no apoyó esta subida de impuestos, y solicitó, sin éxito ante el bloqueo del PP y el PSOE, que el Decreto Ley se tramitase como proyecto de ley para poder realizar las imprescindibles enmiendas. Ese Decreto Ley contenía graves fallos, como la disparatada regulación de los aplazamientos. La cuestión de los aplazamientos, gracias a la presión de Ciudadanos y de las Asociaciones de Autónomos, se reformó, mediante una nueva chapuza, que por lo menos evitó un caos en las Administraciones de Hacienda el pasado día 30. Otros aspectos como la subida de las cotizaciones a los autónomos societarios intentaremos revertirlas mediante una enmienda en nuestra proposición de ley de autónomos, que ahora se tramita en el Congreso. Complicarle la vida a las empresas, los autónomos y los emprendedores puede parecer atractivo para cuadrar las cuentas, pero es contraproducente, y mucho, para el crecimiento económico.

Con todo, incluso desde un punto de vista puramente "contable", resulta complicado de comprender por qué se apoyan las subidas de impuestos, y no se quiere participar en la distribución de los gastos. Es cierto, que en los últimos tiempos, la gestión política del PSOE se está caracterizando por apoyar cualquier subida de impuestos en las Administraciones que no gobierna. Así el PSOE no sólo ha apoyado la subida de impuestos del PP en el Estado, sino también la de Podemos e Izquierda Unida en el Ayuntamiento de Madrid.

Aún así, el PSOE gobierna en varias Comunidades Autónomas, que recibirían muchos más ingresos si se aprobasen los presupuestos, ya que se actualizarían los pagos a cuenta de los impuestos cedidos. Esto supondría para el conjunto de CCAA más de 4.000 millones de euros para este año. Si finalmente no se aprueban los presupuestos, las CCAA cobrarían estos importes en la regularización que se realizará en 2019. Esto es bastante absurdo, y es una de las razones por las que se debería reformarse el sistema de financiación de las CCAA. El inicio de esta reforma fue el acuerdo estrella de la pasada conferencia de presidentes. Este acuerdo, si no tenemos presupuestos, quedará, como tantos otros, en un brindis al sol, en un nuevo fracaso.

Otros de los perdedores de la ausencia de presupuestos son los funcionarios y demás empleados públicos. Sin unos nuevos presupuestos, ninguna Administración podrá incrementar los sueldos a sus empleados públicos. Otra consecuencia, es que el Estado no podrá abordar nuevas obras públicas por falta de dotación presupuestario. Con unos nuevos presupuestos no se podrán llevar a cabo muchos proyectos, pero la garantía absoluta de que no se podrá abordar ninguno de ellos es resignarse a la prórroga presupuestaria.

La alternativa a negociar unos presupuestos en un año de ajustes, no son unos presupuestos más expansivos, sino mayores restricciones, las derivadas de la prórroga automática. Además, la prórroga simplemente evita el caos pero no es una forma lógica de asignar recursos públicos: hacer, si se puede, lo mismo que se hizo el año pasado. Además, la prórroga es renunciar a adaptarse a una economía y un mundo que ha cambiado mucho, pensemos en las decisiones económicas de Donald Trump o en el Brexit. Por encima de todo, no presentar los presupuestos es renunciar a hacer política, al igual que el no es no es bloquear la política. En Ciudadanos instamos a que se presenten los presupuestos y que no se bloquee la tramitación, porque lo contrario sería un fracaso. Y como señalaba el director ejecutivo de la Misión Apolo 13 de la Nasa, Gene Krantz, el fracaso no es una opción.