Firmas

Las elecciones distribuyen las cartas... pero hay que continuar

    Imagen: Getty.

    Julio Anguita

    Pareciera como si tras los resultados del 26-J el país se hubiera quedado paralizado en una foto fija. Los de Unidos Podemos quedamos estupefactos y desalojados súbitamente del nirvana de las encuestas. El PP gozando, entre incrédulo y alborozado, del aparente perdón otorgado a sus felonías de todo tipo. El PSOE rumiando su lento e inexorable declive. Ciudadanos, mohíno como el niño al que se le ha roto la burbuja navideña del 20-D.

    La imagen es la de un partido de fútbol en el que los jugadores y el trío arbitral decidiesen, sin saber exactamente por qué, detener el juego en el minuto 15 del partido. Los procesos electorales son una parte, pero no la única, de los desarrollos de la política.

    Las elecciones distribuyen las cartas para continuar la partida de los procesos económicos, sociales y políticos. De cómo se desarrollen las estrategias de cada jugador depende siempre la ratificación o no de la primera baza. Esta vez no habrá dilación para formar Gobierno; el Poder ha dicho basta. Bruselas quiere lo que el destino le ha regalado: la posibilidad de un Ejecutivo como la troika manda.

    Es verdad que cabe alguna que otra fórmula algebraica alternativa para cambiar el inquilino de la Moncloa, pero es una pura especulación que no resiste la pérdida de paciencia del Ibex 35 y demás conmilitones fácticos. Y es justamente en ese momento cuando el partido, el proceso, la vida en suma se reanudan con todos sus problemas.

    Desde mi punto de vista, la Confluencia Política junto con la Confluencia Social, respaldadas por una fuerza parlamentaria como hasta ahora no han tenido las fuerzas propiciatorias del cambio profundo, pueden conseguir el Consenso entre una mayoría social necesitada de claridad en el discurso, ejemplaridad en la acción política y medidas programáticas inmediatas, urgentes, factibles en el marco de la legalidad vigente y que hagan referencia a la Protección Social Plena y a los Derechos más elementales y constitucionales. Lo demás vendrá de suyo.